Tú que de su flaqueza redimiste a la que siempre hirió dolor sañudo; tú que a su alma los consuelos diste, inolvidable hogar ¡yo te saludo!
Mejor vida tienes que el Papa.” “¡Tal te la de Dios!”, decía yo paso entre mí. A cabo de tres semanas que estuve con él, vine a tanta flaqueza que no me podía tener en las piernas de pura hambre.
Pensé muchas veces irme de aquel mezquino amo, mas por dos cosas lo dejaba: la primera, por no me atrever a mis piernas, por temer de la flaqueza que de pura hambre me venía; y la otra, consideraba y decía: “Yo he tenido dos amos: el primero traíame muerto de hambre y, dejándole, tope con estotro, que me tiene ya con ella en la sepultura.
Tampoco dejé de mencionar la tos que en cierta época me había molestado, el reumatismo crónico hereditario, y, para concluir, la desagradable y odiosa, aunque cuidadosamente ocultada, flaqueza de mi vista.
Parecíala que no darla Bruto parte dél era temor de la flaqueza mujeril, y que por esto quería padecer más dolor secreto y prudente, que menos dolor aventurado y repartido.
En una de esas ocasiones conoció a Álvaro que venía precedido por las finezas de ser sobrino de Don Alfredo de los Montes, gran hacendado y amigo de Madero, y ella tuvo la flaqueza de decirle que lo amaba a primera vista, sin embargo, el joven le contestó con entereza que ya tenía prometida y que venía por ella para casarse y llevársela a la ciudad de México.
Le digo que no sea flojo, que haga florecer sus músculos. -Con puros flanes te aflojas y luego te afliges de tu flaqueza. Sé flexible y sal a flote.
Mas si desvanecerle o perturbarle pudo, o darle el triunfo vértigos de olímpica embriaguez; si altivo con los unos, fué ingrato con los otros, y a algunos vió con ira, y a algunos con desdén, de la flaqueza humana no había nacido exento; y al ajustarle cuentas, en cuenta hay que tener que fueron sus proezas mayores que sus faltas, que en pro de España todas las hizo; que por él en la mitad del mundo se habla hoy en castellano (y la mitad del mundo no es una media nuez); y que cuando iba en busca del mundo americano, de aquél y de su flota como Almirante y juez, señor iba de todos y no sumiso a nadie y no iba para santo, sino para virrey; y en su gestión omnímoda, entonces como ahora, lealtad pedirle, bueno: mas santidad ¿por qué?
El Capitán se puso más colorado que una amapola; pero aún sacó fuerzas de
flaqueza, y exclamó, echándola de muy furioso: -¡Conque es decir que yo miento!
Pedro Antonio de Alarcón
Muchas mujeres ha laureado la guerra, muchas ha consagrado a la inmortalidad la virtud de los gentiles; empero ninguna fue igual a Porcia, que reconoció la flaqueza del sexo, y no sólo la desmintió, mas excediendo el ánimo varonil, fue a su marido mujer y sacrificio, dolor y ejemplo, y por acompañarle en el espíritu, despreció acompañarle en el tálamo.
Hay otras cosas que aunque no derriban al sabio, le hieren, como son los dolores del cuerpo, la flaqueza, la pérdida de hijos y amigos y la calamidad de la patria abrasada en guerras.
Desde el momento de verla, Con la vara y la golilla El buen don Lope dio en tierra. ¡Y qué diablos hay que hacer!; Somos hijos de flaqueza, Las tentaciones son graves, Y son cortas nuestras fuerzas.