Aurelio Víctor, de los Varones ilustres. Marco Bruto.- Marco Bruto, imitador de Catón, su tío, aprendió en Atenas la Filosofía, y en Rodas la elocuencia.
De los actos de los hombres pasará a las ciencias para contemplar su belleza, y entonces, con un concepto más amplio de lo bello, no estará ya encadenado como un esclavo en el estrecho amor de un mancebo o adolescente, de un hombre o de una sola acción, sino que, lanzado al océano de la belleza y alimentando sus ojos con el espectáculo, engendrará con inagotable fecundidad los discursos y pensamientos más bellos de la filosofía hasta que, habiendo fortificado y aumentado su espíritu con esta sublime contemplación, no vea más que una ciencia: la de lo bello.
Y yo, que me siento mordido por algo más doloroso y en el sitio más sensible, llámesele corazón, alma o como se quiera, yo que he sido mordido y estoy herido por los discursos de la filosofía, cuyos dardos son más acerados que el dardo de una víbora, cuando alcanzan a un alma joven y bien nacida y la hacen decir o hacer mil cosas extravagantes; viendo en derredor mío a Phaidros, Agatón, Eryximacos, Pausanias y Aristodemos, sin contar a Sócrates y a los otros, afectados como yo de la locura y la rabia de la filosofía, no cavilo en proseguir delante de vosotros el relato de aquella noche, porque sabréis excusar mis actos y a todo hombre profano y al sin cultura cerradle con triple candado los oídos.
Y la temperancia, de la que el gran número no conoce más que el nombre, esta virtud que consiste en no ser esclavo de sus deseos, sino en sobreponerse a ellos y a vivir con moderación, ¿no es propia más bien de aquellos que desprecian sus cuerpos y viven en la filosofía?
Mas ¿qué hablo yo de nombre y de fortuna?, si su misma virtud y sus talentos serán en estos malhadados días un crimen sin perdón... La moral pura la simple, la veraz filosofía, y tus leyes seguir, madre Natura, impiedad se dirá.
De ésta manera podemos decir que para entender el fenómeno de la corrupción en México, es necesario analizar el colapso del clásico superior, la partida de Quetzalcóatl y los siglos en los que se fue deteriorando el conocimiento de los sabios Toltecas con las consecuentes deformaciones de la filosofía, la religión, en la organización y vida de los pueblos en Anáhuac.
La filosofía os asigna el nombre de retrógrado. Y bien, innovador, he aquí lo que soy; retrógrado, he aquí los que sois”. Dice José Victorino Lastarria a este respecto: “El vaticinio no podía dejar de cumplirse, pues los iracundos estallidos de odio de los servidores del antiguo régimen han labrado siempre la gloria futura de sus víctimas y han contribuído al triunfo de la verdad y de la libertad casi con más eficiencia que los esfuerzos de los que la sustentan” .
Debo deciros que además de lo provechoso que es hablar u oír hablar de filosofía, no hay nada en el mundo en lo que con más gusto tome parte; en cambio me muero de fastidio cuando os oigo a vosotros, los que tenéis dinero, hablar de vuestros intereses.
¡Pero si estudia usté tanto que es una barbaridá! ¿A qué viene esa manía, ni a qué conduce, señor, que sepa usté astronomía, historia y
filosofía y hasta álgebra superior?
Vital Aza
Estos pensamientos sofocaban en mí la compasión que debería haber sentido ante un espectáculo tan triste y me impidieron también encontrar en nuestras conversaciones acerca de la filosofía, que fue el asunto de ellas aquel día, aquel placer que experimentaba de ordinario.
Cuando abandoné la humanidad, entrando en la Noche a través de la Tumba, en ese período, si recuerdo bien, la calamidad que os abrumó era por completo insospechada. Cierto es que poco conocía yo la filosofía especulativa de entonces.
Hasta ahora había tenido esta orden por una simple advertencia, como la que por costumbre se hace a los que corren en la liza, en la creencia de que este sueño me ordenaba solamente que continuara viviendo como había vivido prosiguiendo el estudio de la filosofía, que constituía toda mi ocupación y que es la primera de las artes.