¡Pero, en el fondo, era él lo más avanzado, lo más modernista!... Y todo esto le venía de su real y espontánea afición, el último figurín, en materia de trapos.
Ya le conoces… Buen mozo, equipado a la dernière, gran figurín de las modas, verdadero parisién en el vestir y el andar, en el dormir y el comer, dado que ni estuvo en Francia ni deletrea el francés.
Porque no sale de nuestras costas. Quiere ser más figurín que estatua. Entre Fidias y el modisto mejor de París, ella no vacilaría: se pondría en manos del modisto.
Todas se peinan, tomando por modelo el figurín, y suelen llamar á este peinado de cucuné ó de remangué, á fin de darle, hasta en el nombre, cierto carácter extranjero.