Un día prendió el pueblo su fósforo cautivo, oró de cólera y soberanamente pleno, circular, cerró su natalicio con manos electivas; arrastraban candado ya los déspotas y en el candado, sus bacterias muertas...
¡Oh, en aquella cabecita peinada por Praxiteles, había el fósforo necesario para hacer un poeta parnasiano de tercer orden; pero, qué templo el que albergaba aquellos pobres dioses falsos, recalentados y enfermizos!
Subió la escalera a tientas, reparó al llegar a otra puerta cerrada, en que iba a obscuras; encendió un fósforo, abrió la puerta que tenía delante, entró en la portería, contigua al salón principal; encendió un quinqué, de petróleo, que aún tenía el tubo caliente, pues era el mismo con que momentos antes se había alumbrado; entró con su luz en el salón de la Biblioteca, buscó sus libros y manuscritos, que tenía separados en un rincón, y a los cinco minutos trabajaba con ardor febril, olvidado del mundo entero, sin oír los disparos que sonaban cerca.
Y se puso a bajar con paso rápido la calle de Santa Fe, que desciende al río. A la mitad de aquella tortuosa pendiente, vila detenerse encender un fósforo, cuya llama hizo oscilar sobre su cabeza.
La luna entraba en la habitación por la ventana, dibujando otra pálida ventana en el suelo, y la mayoría de nosotros estábamos en la oscuridad, excepto cuando Steerforth encendía un fósforo de su caja para buscar algo en la mesa, y era un instante de luz azul sobre todos nosotros.
El zapatito de raso negro realzaba un piececillo como un piñón de redondo y chico; de esos pies sucintos y arqueados, que hoy no están de moda, pero que son para los sentidos lo que el
fósforo para la bujía.
Emilia Pardo Bazán
El fideicomiso para el fomento de la exploración, explotación y beneficio de minerales no metálicos, continúo estudios exploratorios de asbesto, minerales de fósforo, diatomitas, alumitas, arcillas y arenas de cuarzo en diversas zonas de los estados de Guerrero, México, Oaxaca, Sonora y Tamaulipas.
-La verdad es -dijo uno encendiendo un fósforo en la tapa de mi ataúd-, lo cierto es que don Mateo no ha dicho más que cuatro lugares comunes.
Era una tarjeta. El autor encendió un fósforo, y leyó lo que sigue: LUISA CORSETERA PROCEDENTE DE PARÍS Madrid.-Calle de Alcalá, núm...
Es un azul oscuro, denso, traslúcido, un azul de zafiro, en cuyo seno, bajo las alas de la noche, despiertan fulgores de fósforo.
Cogiendo la toalla la arrojó al fondo de la bañadera, tomó un frasco de alcohol, vertiendo su contenido sobre ella, luego encendió un
fósforo, y durante un minuto los dos semblantes en el cuarto oscuro fueron iluminados por las azuladas llamas del inflamable que consumía el tejido.
Roberto Arlt
Tal que, cuando miraba el reloj encendiendo un
fósforo, comprobaba que el tiempo transcurrido era de minutos, mientras que en su entendimiento esos minutos mecánicos, acelerados por su ansiedad, tenían otra longitud que ningún reloj podía medir.
Roberto Arlt