En la angustia del esfuerzo me encontré con los ojos casi pegados al respaldo de su sillón; y el barniz oscuro y la esterilla llena de agujeritos, como los de un panal, me hicieron acordar de una peluquería a la que me llevaba mi abuelo cuando yo tenía seis años.
Con las piernas cruzadas sobre su
esterilla, grave el talante y pensativa la mirada, Abdalá el Susi ve llegar los camellos agobiados bajo tremendas cargas con grandes manchones de alquitrán en su piel, para defenderlos de la sarna; pasan los cadíes de las tribus, en visita de ceremonial al Alto Comisionado, revestidos por magníficos albornoces escarlatas.
Roberto Arlt
Aquella noche, quando me iba á meter en la cama, entráron dos familiares de la inquisicion, acompañados de una ronda bien armada; diéronme un cariñoso abrazo, y me lleváron, sin hablarme palabra, á un calabozo muy fresco, donde habia una
esterilla para acostarse, y un soberbio crucifixo.
Voltaire
Pasan las yuntas de bueyes y los rebaños de moruecos, y las cabras saltarinas, y las cargoneras del valle, y los campesinos de la vega, y los cadíes envueltos en sus magníficos albornoces escarlatas, con los bordes revestidos de una trencilla de oro, cantan los muecines a la hora eterna el pregón de la oración, y hace bailar el buñuelero sus buñuelos en la sartén, y Abdalá el Ladrón está allí, sentado sobre su polvorienta
esterilla amarilla, repitiéndose por milésima vez.
Roberto Arlt
Cierto es que cada uno de ellos ahora comía en su casa; pero él tenía un comedor lindo, con su buen aparador y sillas de esterilla.
Precipitadamente Abdalá el Susi abandonó su cómodo sillón de
esterilla y, cayendo sobre sus rodillas en las ásperas piedras, se inclinó en dirección hacia La Meca, con los brazos extendidos delante de su cabeza, mientras pensaba: -Me disfrazaré de Taleb.
Roberto Arlt
ernando sentía la incomodidad de la mirada del árabe, que, sentado a sus espaldas a una mesa de
esterilla en el otro extremo de la terraza, no apartaba posiblemente la mirada de su nuca.
Roberto Arlt
Algunos días después de estas pacientes meditaciones podíamos encontrar a Abdalá el Susi sentado sobre una
esterilla a la sombra del arco de ladrillo que forma la puerta de Bab el Estha.
Roberto Arlt
Obedecieron, volviéronme a casa y a la antigua guarda de la puerta, y, sin acordarse señor el viejo de la merced que me había hecho de que de día y de noche anduviese suelto, volví a entregar el cuello a la cadena y el cuerpo a una
esterilla que detrás de la puerta me pusieron.» ¡Ay, amigo Cipión, si supieses cuán dura cosa es de sufrir el pasar de un estado felice a un desdichado!
Miguel de Cervantes Saavedra
Siente sed, siente que su carita se crece en dolorosa tirantez, que sus ojos se van tapando. Se tira en su
esterilla. No sabe si duerme, o si vela o si sueña.
Tomás Carrasquilla
Antes dictaba sus leyes misteriosas desde el Corazón de una Montaña, o a través de los labios de púrpura de una virgen armónica en Delfos, o desde el sitial terciopelesco de los Sumos Pontífices, pero ahora se manifestaba, para decidir la suerte de los mortales, sentado en una silla de esterilla, en unos altos viejos de la calle de Plumereros, ante un tapete verde billar, por la boca desdentada y los labios anémicos de un chino flaco, entre tres y media y un cuarto de la mañana.
La luz solar, que llega por las vidrieras completamente lisas, ilumina oblicuamente los bancos, alineados perpendicularmente a la pared, tapizada aquí y a11á por alguna esterilla clavada, en la que en grandes caracteres se lee «Banco del Señor Fulano».