Un extraño sentimiento de ahogo le invadió al saberse dentro de aquel templo espectral, pero lo desechó y siguió explorando minuciosamente el lugar.
Siento sorda la campana que en mi pensamiento intuye; en el eco que refluye, mi voz otra voz me nombra; ¡y hosco persigo en mi sombra mi propia entidad que huye! La realidad
espectral pasa a través de la trágica y turbia linterna mágica de mi razón
espectral...
Julio Herrera y Reissig
No sé si después de tanto llanto calladamente construido me reedifique en
espectral pirámide y evaporando mares, nada conmueva mi figura en roca.
Antonio Domínguez Hidalgo
Pero si significaba un placer sentirse bien abrigado al lado del fuego, en un cuarto en el que no se atrevería a presentarse ningún fantasma, bien caro le costaba, pues debía pagarlo con los terrores de su vuelta a casa. ¡Qué terribles formas y sombras se cruzaban en su camino, a la claridad débil y espectral de una noche de nevada!
Ante el augurio lunático, capciosa,
espectral, desnuda, aterciopelada y muda, desciende en su tela inerte, como una araña de muerte, la inmensa noche de Buda...
Julio Herrera y Reissig
Un brujo espanto de Pascua de Marizápalo asedia, y una
espectral Edad Media danza epilepsias abstrusas, como un horror de Medusas de la Divina Comedia.
Julio Herrera y Reissig
Una niebla tenue, espectral, a lo largo del agua, le inspiró miedo y repugnancia; en lugar de atravesar el arroyo por segunda vez en la dirección en que había venido, le dio la espalda y avanzó hacia el bosque sombrío que lo cercaba.
-grité -, ser malvado, profeta eres, diablo alado! ¿Del Tentador enviado o acaso una tempestad trajo tu torvo plumaje hasta este yermo paraje, a esta morada espectral?
Luego, cuando vieron que no podían sacar nada más del pozo, volvieron a entrar en la casa y conferenciaron en la antigua sala de estar mientras la intermitente claridad de una espectral media luna iluminaba a intervalos la gris desolación del exterior.
La luna, como asomándose fisgona y burlesca, apareció entre los negros nubarrones que habían resurgido; alumbró de platino todo el bosque y en los árboles se vieron las aves agresivas; en los suelos los animales salvajes y todo, bajo la luz lunar, se vio como público espectral aguardando un gran espectáculo de inquisición.
Contra ellas, a unos tres o cuatro kilómetros de distancia, se recortaba la joroba espectral de Federal Hill erizada de tejados y campanarios que se arracimaban en lejanos perfiles y adoptaban siluetas fantásticas, cuando los envolvía el humo de la ciudad.
Se fundieron sus vaivenes amorosos con el odio
espectral de los silencios y se eclipsaron en la vasta tolvanera de sus campanarios mudos.
Antonio Domínguez Hidalgo