La fortaleza cayó al fin: las gitanas fueron apresadas, besuqueadas, manoseadas, cada uno le deslizó a cada una un billete de cien rublos por el escote, y se acabó el asunto...
Una mujer había previsto la forma de seducir y se dejó el
escote más grande que las demás, pero al hacer un movimiento se le salió un seno y ella, con su mano divina tuvo que tomarlo delante de todos y volverlo a guardar.
Felisberto Hernández
No mucho... Pero la queríamos... ¿Le gusta a la señora el
escote bajo, o sin hombreras? Ahora se llevan poco... -Más bajito..., así...
Emilia Pardo Bazán
Ya no era aquella muchacha bonita, pero débil y delicada, que tenía horror al
escote, no queriendo enseñar lo saliente de sus clavículas.
Vicente Blasco Ibáñez
Camisa con
escote y volante era su corpiño; en primitiva desnudez lucía su brazo roñoso y amorcillado; tapábase las greñudas "pasas" con pañuelo de color rabioso que anudaba en la frente a manera de oriental turbante; sólo para ir al templo se embozaba en una mantellina, verdusca ya por el tiempo; a paseo o demás negocio callejero iba siempre desmantada.
Tomás Carrasquilla
¡Quién soñaba ya con eso! Todos aquellos hombres que habían estrechado su cintura, bebido su aliento, contemplado su escote virginal...
El niño que tiene los padres vivos le echa del festín, dándole puñadas e increpándolo con injuriosas voces: —¡Vete enhoramala! —le dice—, que tu padre no come a
escote con nosotros.
Homero
Hay en esto de las barrigas mucho qué decir, y como los hijos es una cosa que se hace a escuras y sin luz, no hay quien averigüe quién fue concebido a
escote ni quién a medias, y es menester creer el parto, y todos heredamos por el dicho del nacer, sin más acá ni más allá.
Francisco de Quevedo
Volved atrás, o andad otro sendero, si no queréis hallar la muerte ahora: no crea alguno que a escote tolero amar o perseguir a mi señora.» Dijo Orlando al Circaso: «¿Qué grosero insulto nos dijera, si en mal hora nos creyese la más vil cortesana que ni aun para cardar sirve la lana?» Y vuelto a Ferragús: «Oh bestia corta, si no en verte sin yelmo reparara, si es cierto o no lo que tu boca aborta aquí mismo a las armas te mostrara.» Respondió él: «De lo que a mí no importa, ¿por qué te cuidas ni me das la vara?
En el camino entró una noche en una posada que estaba llena de viajeros, le dieron la enhorabuena por su llegada y le invitaron a sentarse a la mesa con ellos, pues si no le costaría mucho trabajo el encontrar comida. -No, contestó, no quiero tomar parte en vuestro
escote, os convido por el contrario a tomarla conmigo.
los Hermanos Grimm
Destacaba el seno ajustado por la fina tela del traje. El
escote era un poco exagerado. Sobre la nuca le jugueteaba el cierre de un pendantif de mérito.
Alfredo Mario Ferreiro
En aquel cubo sombrío, de techo cruzado por enormes vigas, y que la cocina de la fonda inundaba de neblinas de menestra y de sebo, se movía el tumulto oscuro, una «merza» de ladrones, sujetos de frentes sombreadas por las viseras de las gorras y pañuelos flojamente anudados en el
escote de las camisetas.
Roberto Arlt