Este, por instinto legitimista y aristócrata, anda en tiempo de efervescencia popular arengando a las masas y mendigando los abrazos de una chaqueta.
La efervescencia, que supone este exceso de precaución, provenía, sin duda, de la poca agua, la cual refresca, modifica y hasta espiritualiza.
Tal vez la precipitación de nuestro matrimonio excitaría los manes de mi esposo en daño vuestro. »Estas palabras no pudieron calmar la efervescencia de Trasileo: y esta promesa, únicamente aplazada, no le contentó.
Si, mientras está nuestro periódico publicando a más y mejor series de artículos económicos adquiridos a tijeretazo limpio, surgiese de repente una cuestión puramente local, de esas que hacen indispensable la intervención de la Prensa, se dejará pasar la efervescencia del primer día, y al siguiente escribiremos un suelto modelado en este troquel: «Abrumados bajo el peso de las tareas que tenemos sobre nosotros; preocupados por la importancia de las cuestiones que venimos ventilando días ha en nuestro periódico, nos ha sido imposible hacernos cargo del acontecimiento que absorbe desde anteayer toda la atención de este pueblo.
La mezcla, al principio rojiza, según se iban disolviendo los cristales se hizo de un color más vivo, entrando en audible efervescencia y emitiendo vapores.
Con esta advertencia, nadie extraña que el artículo no aparezca el tercer día, y como al cuarto sería ya inoportuno, pues habrá pasado en la población, la efervescencia de la novedad, continuamos muy serios dándole a la tijera y sirviendo a nuestros amables suscriptores largas teorías económicas, sin firma, desentendiéndonos por completo del reciente lance.
Había preparado mi tintura desde hacía ya bastante; adquirí entonces en una casa Farmacéutica una cantidad importante de una determinada sal, que, según mostraban mis experimentos, era el último ingrediente necesario, y aquella noche maldita preparé la poción. Miré el líquido que bullía y humeaba en el vaso, esperé que terminara la efervescencia, luego me armé de valor y bebí.
Finalmente dos acontecimientos económicos mundiales aceleraron el estallido del descontento general e hicieron que madurase el desasosiego hasta convertirse en revuelta. La plaga de la patata y las malas cosechas de 1845 y 1846 avivaron la efervescencia general en el pueblo.
Tan pronto como una de las capas sociales superiores a él experimenta cierta efervescencia revolucionaria, el proletariado se enlaza a ella y así va compartiendo todas las derrotas que sufren unos tras otros los diversos partidos.
3. El sistema internacional se encuentra en estado de efervescencia. Los conceptos, las actitudes políticas y económicas, las instituciones y las relaciones deben ajustarse a las nuevas realidades y a concepciones cambiantes.
En medio de la efervescencia reinante en Alemania, hacer una incusión en el país para importar la revolución desde fuera y a la fuerza, equivalía a socavar la revolución alemana, fortalecer a los gobiernos y entregar a los mismos legionarios —de esto se encargaba Lamartine— inermes en manos de las tropas alemanas.
En esa época, los principales gérmenes de la renovación moderna estaban en plena
efervescencia en el antiguo mundo y era preciso que los conquistadores, impregnados ya de ellas, los inoculasen, aun a su pesar, en la nueva población que de la mezcla de ambas razas iba a resultar.
Gabino Barreda