Este síndrome también puede detectarse mediante ecografía, pero es a partir del segundo trimestre cuando se sospecha lisencefalia al no detectarse los surcos de la corteza cerebral.
Gonioscopia: mide el ángulo iridocorneal y permite clasificar el glaucoma en sus dos formas clásicas, de ángulo abierto o de ángulo cerrado. Ecografía de alta resolución: permite estudiar la estructura del ojo, de la cámara anterior, de los procesos ciliares y de la papila.
Se realizan además exámenes de imagen de las vías biliares; habitualmente una ecografía abdominal es suficiente, pero ocasionalmente es necesario hacer una resonancia nuclear magnética (colangioresonancia) o incluso una colangiografía retrógrada.
Esta condición, a veces insidiosa, puede destacarse con una ecografía renal, por lo general es necesario para completar la investigación con una urografía o una tomografía.
El diagnóstico es la ecografía vesical, seguida por lo general por una cistoscopia y también una biopsia, que permite un diagnóstico más definido del tipo de lesión.
Un cálculo incrustado en la vejiga puede aumentar significativamente el sangrado y dar lugar a lesiones en las paredes. Una vez más, el diagnóstico se realiza con la ecografía vesical.
El diagnóstico es con la exploración rectal y la ecografía, que además de la técnica tradicional transabdominal para su ulterior estudio y el diagnóstico se puede realizar con sondas especiales rectales.
El diagnóstico se basa en el interrogatorio que detecta las características del sangrado, la ecografía renal, que logra excluir otras causas, las características de los glóbulos rojos en el momento del examen microscópico del sedimento urinario.
En los casos de personas con mamas densas lo importante es realizar pruebas complementarias para descartar falsos negativos: test de Octava Pink, ecografía y/o Resonancia magnética.
Este método nos revela la anatomía funcional de la tiroides. Ecografía tiroidea: aquí podemos medir el tamaño, identificación de nódulos, definir sus características; es de importancia en niños para poder diferenciar la patología de tiroides de un quiste tirogloso.
La ecografía es especialmente útil en mujeres jóvenes con tejido mamario denso con una masa palpable que no se visualiza en una mamografía.
Para detectar el cáncer de mama, se utilizan diferentes pruebas como la mamografía, ultrasonido mamario con transductores de alta resolución (ecografía), una prueba de receptores de estrógeno y progesterona o imágenes por resonancia magnética.