El resto, aún siendo de la piel relleno, seguimos al pastor con el ganado hasta un llano de verde alcor cercado. »Esperamos allí que al fresco amparo de un bosque duerma el Ogro narigudo.
También decía: El Reino de Dios es como un hombre que echa el grano en la tierra; 4.27.
duerma o se levante, de noche o de día, el grano brota y crece, sin que él sepa cómo.
La Biblia (Nuevo Testamento)
Sócrates: ¿Has visto tú alguno que, siendo capaz de discernir lo bien o mal pintado en los cuadros de Polignoto, hijo de Aglaofon, no pueda hacer lo mismo respecto a los otros pintores? ¿Que cuando se le presentan las obras de éstos se duerma, se vea embarazado, y no sepa qué juicio formar?
-dijo ella-; y aun más que relindo. -Ten aquí, mozo -dijo a esta sazón el caballero-; que, aunque
duerma en el suelo tengo de ver hombre tan alabado.
Miguel de Cervantes Saavedra
Si es así, consiento en tomarle a mi servicio para que cuide del jardín. Ahora, que
duerma y descanse; mañana le iré enterando de su obligación.
Emilia Pardo Bazán
Deiemos al obispo folgar en su posada, Finque en paz e
duerma elli con su mesnada: Digamos nos que fizo la duenna embargada, Ca sabia que otro dia seria porfazada.
Gonzalo de Berceo
Toda de amor enterita, que se alborote el hembraje con las coplas, y le faje hasta la madrugadita. Lucero Media caña y cielo junto, será más lindo, aparcero, y que yo
duerma primero, porque...
Hilario Ascasubi
Dórela usted si puede, que sí podrá.
Duerma usted sin cuidado, que la hostia quedará sin consagrar todo el tiempo que preciso sea.
Ricardo Palma
¡Soñaría que me daban garrote! -¿Pues por qué no quieres despertar a Pepita? -¡Que duerma, que duerma la inocencia... su padre vela!
Por las amenas liras y canto de serenas os conjuro que cesen vuestras iras, y no toquéis al muro, porque la esposa
duerma más seguro.
San Juan de la Cruz
Muda y desierta Ahora te ves, pirámide. ¡Más vale Que semanas de siglos yazcas yerma, Y la superstición a quien serviste En el abismo del infierno
duerma!
José María Heredia
ébil mortal no te asuste mi oscuridad ni mi nombre; en mi seno encuentra el hombre un término a su pesar. Yo, compasiva, te ofrezco lejos del mundo un asilo, donde a mi sombra tranquilo para siempre
duerma en paz.
José de Espronceda