Resulta que había leído en el periódico un aviso donde se solicitaba un donante para salvar la vida de un niño y él consideró que como había cumplido una edad ya bastante larga y no tenía más compromisos, pues su hijos eran ya profesionistas e independientes gracias a la carrera que él con grandes esfuerzos había costeado, y aunque recíprocamente se querían mucho, bien podía hacer un último acto de nobleza y dar su corazón, tan colmado de resistencia, según le indicaba año tras año su médico de cabecera, a aquel pequeño que lo necesitaba.
Esto también se debió a que ampliamos de 8 a 20 establecimientos, pero se debió fundamentalmente también a un aporte que hizo este Parlamento, cuando le enviamos la Ley del Donante Presunto.
Este adelanto en materia de transplante es también patrimonio del Parlamento argentino, a partir de la aprobación de la Ley del Donante Presunto.
En caso de imposibilidad para disponer de la asignación en la formaespecial prescrita por el testador o donante, cuando aquélla sea de imposible o difícil cumplimiento, a juicio del Instituto, éste la aplicará en tal forma que signifique una mejora de los servicios que suministre.
Artículo 221.- Las donaciones antenupciales entre esposos aunque fueren varias, no podrán exceder reunidas de la sexta parte de los bienes del donante.
Las que hizo el cónyuge inocente al culpable quedarán sin efecto y las cosas que fueren objeto de ellas se devolverán al donante con todos sus productos; III.
Con motivo de la fundación del primer hospital, que se llamó del Carmen y que fue destinado a la convalecencia de las enfermas del de Santa Ana, un señor, don Juan Solano de Herrera, le asignó una renta de dos mil pesos al año sobre un capital de cuarenta mil, impuesto en las Cajas Reales; pero fray Rodrigo se empeñó en que el
donante emplease mejor esa suma en la fundación de un monasterio en Guatemala.
Ricardo Palma
Siempre andaba avizorando por si en algún sitio descubría la ridícula jeta, la desportillada boca y los malignos ojos emboscados tras las cerdas grises de jabalí del
donante de la milagrosa lima.
Emilia Pardo Bazán
Y esta efusión del Espíritu es de abundancia tanta que el mismo Cristo, su donante, la asemejó a un río abundantísimo, como lo afirma San Juan: «Del seno de quien creyere en Mí, como dice la Escritura, brotarán fuentes de agua viva»; testimonio que glosó el mismo evangelista, diciendo: «Dijo esto del Espíritu Santo, que los que en El creyesen habían de recibir»(31) .
Y ha de ser amado, porque es el Amor sustancial eterno y primero, y no hay cosa más amable que el amor; y luego tanto más le debemos amar cuanto que nos ha llenado de inmensos beneficios que, si atestiguan la benevolencia del donante, exigen la gratitud del alma que los recibe.
En segundo lugar, que será mayor aún la abundancia de sus celestiales dones, pues como la frialdad hace cerrarse la mano del donante, el agradecimiento la hace ensancharse.
Cuando no se haya establecido por parte del donante o legatario el destino de la donación, los recursos obtenidos por este concepto deberán destinarse únicamente a inversiones en infraestructura, recursos bibliográficos, equipos, laboratorios, cursos de pregrado y posgrado, formación y capacitación de profesores o profesoras y para financiar proyectos de investigación.