El hombre, a su entrada en el cafetal, se había destrozado las ropas y desgarrado profundamente las carnes contra las espinas de un naranjero.
¡Oh el peor de los hombres: cómo has desgarrado sin piedad la piel y cortado con el hierro de la espada los miembros de este niño!
que desgarrado lanza por el dolor de ese vivir sombrío: ¡La oscuridad de esa existencia muerta, cierra de un bien al porvenir la puerta!
Hoy en mi yermo espirita no existe Bse incesante sueno de ventura; Ya el mustio tronco de mi vida triste Lo hd desgarrado el rayo de tristura.
El alba me encontró recorriendo las calles, chamuscados los cabellos y el vestido desgarrado, llamando inútilmente, entre el tumulto, a Estela y su hermano.
El dios debe llegar a ser interno - no Yo, pero Cristo vive en mí, desgarrado del ideal, se esfuerza en ganar la tolerancia de Dios y su Gracia, y finalmente transformar a Dios en su propio ser, y también el Dios, separado de la persona procura ganar por otro lado para el Reino de los Cielos: ellos se suplementan y se buscan los dos.
Y el temple de ánimo se agita, se golpea, aúlla, sangra, muerde sus arterias, quiere escapar hacia el convite, sucumbir devorado en la vorágine, hundido en bacanales, desgarrado en las entrañas de la madre tierra.
Vuestros hermanos y no los españoles han desgarrado vuestro seno, derramando vuestra sangre, incendiando vuestros hogares, y os han condenado a la expatriación.
Las emisiones no responden a una necesidad informativa sino a la demanda de una sociedad que convierte todo en espectáculo, incluyendo la angustia, el miedo, y el llanto desgarrado de los arrastrados por la locura humana.
Los amigos le rodearon llorosos, y con ellos iba Aquileo, el de los pies ligeros, derramando ardientes lágrimas, desde que vio al fiel compañero
desgarrado por el agudo bronce y tendido en el féretro.
Homero
Sí; oí llorar a mamá y a Peggotty. Después se marchó, cerrándome la puerta por fuera y dejándome tirado en el suelo, ardiendo de fiebre, desgarrado y furioso.
Por no reventar con tanto y tan especial menjurje, he tenido que proveerme por mi cuenta de la ciudad; y como ésta está muy lejos, entre propios, carros y otras menudencias, lo que aquí he comido, muy mal sazonado, me cuesta triple que mi alimento ordinario y relativamente exquisito de Madrid. Mi equipaje está sucio y desgarrado.