Como él esperaba, su libro, sincero, noble, leal a la tradición de la sana piedad humana, no llamó la atención, porque nadie se tomó el trabajo de ayudar al buen éxito; dijeron de él cuatro necedades los críticos semigalos que creían seguir la moda con su desfachatado materialismo, con su procaz edonismo de burdel y su estilo de falso neurosismo; pero ni la crítica digna, la que no hace alarde de ser cínica y de no pagar al sastre ni a la patrona, ni el público imparcial y desapasionado dieron cuenta de sí.
"Cierto es que quiero robar, pero ¿quién no quiere robar? Díganme ustedes quién es el
desfachatado que en estos momentos de confusión no quiere robar.
Roberto Arlt
Y los fornidos carniceros, los robustos hijos de napolitanos, toda la barbuda suciedad que se gana la vida traficando miserablemente, toda la chusma flaca y gorda, aviesa y astuta, los vendedores de pescado y de fruta, los carniceros y mantequeras, toda la canalla codiciosa de dinero se complacía en la granujería del Rengo, en la desvergüenza del Rengo, y el Rengo olímpico,
desfachatado y milonguero, semejante al símbolo de la feria franca, en el pasaje sembrado de tronchos, berzas y cáscaras de naranja, avanzaba contoneándose, y prendida a los labios esta canción obscena.
Roberto Arlt
Volvió a las canchas de Primera División recién en el 2000, y con su juego logró entusiasmar a la afición por su juego desfachatado.