El elemento desencadenante de la catástrofe fue el fuerte viento de dirección sureste que, desde la tarde del día 15 de febrero azotó la ciudad, acompañado por una depresión atmosférica de gran intensidad.
Después del meridiano 40 oeste, teóricamente alcanzado a las 21 horas del 8 de mayo, las condiciones meteorológicas habrían empeorado ya que la depresión atmosférica que se pronosticaba para Terranova se desplazó notoriamente menos de lo previsto al este y terminó justo sobre la ruta del Oiseau blanc.
El 7 de mayo las previsiones meteorológicas francesas, británicas, irlandesas, canadienses y americanas estimaron que habría vientos favorables de este a oeste durante la mayor parte de la ruta establecida por Coli, aunque también se preveía una importante depresión atmosférica con posibilidad de tormenta cerca de Terranova.