Así diciendo, el gitano se hizo conducir
delante del jefe de los migueletes, y señalando a Manuel, dijo: - Mi Comandante, ¡ése es Parrón, y yo soy el gitano que dió hace quince días sus señas al Conde del Montijo!
Pedro Antonio de Alarcón
Apenas echaron carretera arriba, en dirección a las alturas de Sandiás, el chico, traveseando, corrió
delante: saltaba sobre una pierna, haciéndose el cojo.
Emilia Pardo Bazán
Las tres mujeres se disputaron la dicha de pasear al Capitán Veneno en el sillón-cama: bebieron champagne y comieron dulces, así los enfermos como los sanos, y aun el representante de la medicina; el Marqués pronunció un largo discurso en favor de la institución del matrimonio, y el mismo don Jorge se dignó reír dos o tres veces, haciendo burla de su pacientísimo primo, y cantar en público (o sea
delante de Angustias) algunas coplas de jota aragonesa.
Pedro Antonio de Alarcón
—¡Enlaza, Siete pelos! —¡Que te agarra, botija! —¡Va furioso; no se le pongan
delante! —¡Ataja, ataja, morado! —¡Déle espuela al mancarrón!
Esteban Echeverría
—Uno de hiel te haría yo beber, infame. Un negro petiso púsosele al punto
delante con un vaso de agua en la mano. Dióle el joven un puntapié en el brazo y el vaso fue a estrellarse en el techo salpicando el asombrado rostro de los espectadores.
Esteban Echeverría
Tres eran sus cabezas: una de león de encendidos ojos, otra de cabra y la tercera de serpiente, de violento dragón. León por delante, dragón por detrás y cabra en medio, resoplaba una terrible y ardiente llama de fuego.
La libertad civil consiste en que la ley sea igual para todos, en que todos sean iguales delante de la ley, y sólo sean superiores de los ciudadanos los que han sido elegidos para mandarlos por la elección libre de los mismos ciudadanos, o de sus representantes libremente nombrados por ellos.
También se encuentran allí las terribles mansiones de la oscura Noche cubiertas por negruzcos nubarrones. Delante de ellas, el hijo de Jápeto sostiene el ancho cielo, apoyándolo en su cabeza e infatigables brazos, sólidamente, allí donde la Noche y la Luz del día se acercan más y se saludan entre ellas pasando alternativamente el gran vestíbulo de bronce.
Porque si un hombre en el afán de enriquecerse o conseguir un empleo o una influencia de naturaleza análoga se atreviera a tener con alguno la menor complacencia de las que un amante concede al que ama, si recurriera a las súplicas, si uniera a éstas las lágrimas, jurara, se acostara delante de su puerta y descendiera a mil bajezas de las que un esclavo se avergonzara, no habría ni amigo ni enemigo que no le impidiera envilecerse hasta ese extremo.
En medio de la estancia hallábase un hombre puesto a cuatro pies sobre la alfombra: encima de él estaba montado un niño de tres años espoleándolo con los talones, y otro niño, como de uno y medio, colocado
delante de su despeinada cabeza, le tiraba de la corbata, como de un ronzal, diciéndole borrosamente: -¡Arre, mula!
Pedro Antonio de Alarcón
Movido Júpiter a compasión, imagina un nuevo expediente: pone delante los órganos de la generación, que antes estaban detrás; se concebía y vertía la semilla, no el uno en el otro, sino sobre la tierra como las cigarras.
No nos dijimos una palabra, hasta que a las diez mi mujer me sorprendió en cuclillas
delante del ropero, doblando con extremo cuidado, y pliegue por pliegue, un pañuelo blanco.
Horacio Quiroga