“Con decisión “A conquistar “Nuestra emancipación.” (Salen cantando, por la derecha, dando muestras de gran entusiasmo y ardor combativo.) (Cambia la
decoración.) La
decoración representa el despacho de un gran personaje ESCENA II MINISTRO, SEÑORITA SOFIA MERINDIETA, LÓPEZ, DELEGADO, MOZO, OBREROS MINISTRO (Fumando un puro al lado de su escritorio; consulta su reloj.) (Bostezando.) ¡Mal rayo parta a López!
Ricardo Flores Magón
(Da la mano al Ministro y sale.) MINISTRO (Limpiándose asqueado la mano.) ¡Tener que darle la mano a Judas! (Cambia la
decoración.) La
decoración representa un lugar montañoso.
Ricardo Flores Magón
Aquellos que, retardados, se quedaron fuera, veían de lejos, por las tres puertas abiertas, una escena tan pavorosa de decoración a la que nuestras modernas óperas sólo podrían aproximarse débilmente.
Produce esta rectificación una pequeña reyerta, amontonase la gente, óyese el pito de la locomotora, corren al tren los viajeros... y se cambia la decoración...
La conservación de monumentos siempre resulta favorecida por su dedicación a una función útil a la sociedad; tal dedicación es por supuesto deseable pero no puede alterar la ordenación o decoración de los edificios.
La salita con las paredes tendidas de una sedería japonesa, amarilla como una naranja madura, y con bordados de oro y de plata hechos a mano, amueblada sobriamente con muebles que habrían satisfecho las exquisiteces del esteta más exigente; la alcoba tapizada de antiguos brocateles de iglesias, desteñidos por el tiempo; con su mobiliario auténtico del siglo XVI y el cuarto de baño, donde lucía una tina de cristal opalescente como los vidrios de Venecia, junto a las mesas de tocador, todas de cristal y de níquel, sobre la decoración pompeyana de las paredes y del piso, sugerían la idea de que algún poeta que se hubiera consagrado a las artes decorativas, un Walter Crane o un William Morris, por ejemplo, hubiera dirigido la instalación, detalle por detalle.
¿Qué era el lujo?" "El término lujo, en referencia al estado de la sociedad antes de la Revolución, significaba el gasto abundante de riqueza por los ricos para gratificar una sensualidad refinada, mientras las masas de la gente estaban sufriendo carencia en sus necesidades primarias." "¿Cuáles eran algunos de los modos de gasto lujoso que se permitían los capitalistas?" "Su variedad era ilimitada, como, por ejemplo, la construcción de costosos palacios para residencia y su decoración en estilo regio, el mantener grandes séquitos de sirvientes, costosas provisiones para la mesa, ricas carrozas, barcos de placer, y toda clase de gasto sin límite en finos vestidos y piedras preciosas.
Despreciad todos aquellos esfuerzos superfluos consagrados al ornamento y a la decoración, pensad que nada más allá del espíritu es digno de admiración, para el cual, si grande, nada es grande." Si de esto conmigo, si de esto con todos los que vendrán en el tiempo dialogo, ¿no soy visto por ti más provechoso que descendiendo para comparecer a una defensa en justicia, o estampando mi sello anular Para dar validez a un testamento, los que servían de testigo debían estampar sus sellos personales, que llevaban grabados en sus anillos.
La ornamentación escultural tiene siempre por objeto aumentar la importancia de las superficies sin darles pesadez; la fachada lateral de Belén sin ninguna ventana, el almohadillado, gárgolas y molduras, hacen de ello una grande decoración, y esto es porque los objetos pequeños, y entiéndase que el tamaño es considerado según el hombre y su criterio especial, son más ornamentados, más profusa mente esculpidos, (los muebles son una prueba), no porque el coste sea un obstáculo, como lo prueba el empleo del mármol, sino por que es racional.
En su
decoración interior se agotó la fantasía y la habilidad de los mejores artistas, siendo cada estancia y camarín un asombro de hermosura, lujo y gusto.
Emilia Pardo Bazán
A derecha e izquierda,en medio de la pared, una ventana gótica alta y estrecha se asomaba a un corredor cerrado que enmarcaba las sinuosidades del conjunto, con vidrieras cuyos colores variaban de acuerdo con los tonos dominantes en la decoración del salón al que se abrían.
Con ocasión de esta magna fiesta, había supervisado personalmente casi toda la decoración de los siete salones; y había sido su propio gusto el que había inspirado los disfraces.