No le aprovecha religión al cura, ni la inocencia al niño le aprovecha; ni a dueña ni a doncella le asegura su gesto hermoso o su dorada mecha; la vejez se maltrata y se captura, y no sé al fin si el moro más cosecha por tal fama de bravo o de salvaje, pues no distingue edad, sexo o linaje.
La cosecha de cereales registrados de 1936 a 1937 con relación a la que se anotó en años anteriores, revela un aumento de consideración, siendo esto el índice demostrativo de que, a pesar del clamor negativo de los enemigos de la Revolución, los campesinos y el Gobierno están logrando encauzarse dentro de términos de éxito en este ramo tan importante de la producción.
Muchos han avanzado en la aventura de ser; algunos, convertidos en lejanías, se han desperdigado en su afán de ver cuán grande es el mundo; otros como yo, tiempo que forma parte de ti, te hemos seguido estación tras estación, sin cansarnos de admirar cada una de tus grandezas hasta el final de tu jornada. Sí, Rosario María, porque quien siembra amor, cosecha amor y tú, sí fuiste campesina.
Iban cogidos de la mano, como los abuelos hicieron de pequeños, pero no se encaminaron a la Torre Redonda ni al jardín de Frederiksberg, sino que la muchacha sujetó al niño por la cintura y se echaron a volar por toda Dinamarca; y llegó la primavera, y luego el verano, el tiempo de la
cosecha y, finalmente, el invierno; y miles de imágenes se pintaban en los ojos y el corazón del niño, mientras la muchachita cantaba: -¡Jamás olvidarás esto!
Hans Christian Andersen
Sin embargo, los Vigilantes gritaban a voz en cuello, sin saber que unas pinzas aserraban sus colas, aserraban sus alas. Era una cosecha de flores la que cortaban las pinzas, de perfumes, la que transportaban las pinzas.
Vosotros, pueblos, estudiad reverencia y sufrimiento para el buen monarca y para el malo; que yo en tanto, si viere que vuestras mejoras son cosecha desta primera parte, agradecido trabajaré en la segunda, para que en el fin de Marco Bruto se reconozca el fin de los sediciosos y noveleros.
La fruta crecía hasta alcanzar un tamaño fenomenal y un brillo musitado, y su abundancia era tal que Nahum tuvo que comprar unos cuantos barriles más a fin de poder embalar la futura cosecha.
Pues igual que cortando las densas aristas el segador bajo el sol ardiente los bronceados cultivos cosecha, de los hijos de Troya los cuerpos abatirá con hierro infesto.
¡Dichos para meditar y traer a razón a los hombres de buena fe que contribuyan sin saberlo a sembrar vientos como entonces quiso don José Ballivian, sin pensar que éstos se reproducen fatalmente en agobiadora cosecha de tempestades!
Pero mal pagados estos servicios de la perfidia griega, vengaron su mala fe y traición a los fines del año 1405, porque, retirados a Gallipoli, hicieron quemar las embarcaciones en señal de que se había de vencer o morir, y en 8 gloriosas batallas triunfaron de los engañosos griegos y ganaron Atenas y las provincias vecinas, y se conservaron en la posesión de esta ciudad por el espacio de 148 años vasallos de su natural rey, hasta que, finalmente, en el año 1452, después de 7 años de sitio, alimentados de las yerbas que se producían alrededor de la fortaleza y de una abundante cosecha que la alta Providencia dispuso para que se sustentasen...
36º Item, ordenaron y mandaron que el Mayordomo que es o fuere de esta Ciudad, haga recoger por el tiempo de la cosecha del trigo y maíz, toda la cantidad que le pareciere sea necesaria, la cual se junte en las Casas de Cabildo de esta Ciudad y tenga un libro de lo que entra y cuyo(s) (valores y cantidades) es(tén) (para la anotación en el Archivo de las Cuentas), y lo vaya vendiendo y dando a las personas que tuvieren necesidad, pagando el valor de ello a las personas cuyo (valor estipulado de inicio) fuere (de evitar la especulación de los precios y demás cargas o costos), y para ello el dicho Mayordomo pueda hacer todas las diligencias necesarias, y el Cabildo, Justicia e Regimiento (lo) dé todo a favor y ayuda (de las gentes) para ello.
En vez del delicado sabor de las peras y manzanas, la fruta tenía un amargor insoportable. Lo mismo ocurrió con los melones y los tomates, y Nahum vio con tristeza cómo se perdía toda su cosecha.