Años hace que me dijeron que ese cuento se lo había referido a don Práxedes Mateo Sagasta, cuando éste era presidente del Consejo y la ira fuerista palpitaba en Navarra, cierto cura de Torrecilla de Cameros o de algún otro pueblecillo cercano de la espléndida admirable Rioja... Y yo me acordé de la conseja viendo las dos escenas que he apuntado.
Y basta de dibujos y requilorios, y andar andillo, y siga la zambra, que si Dios es servido, y el tiempo y las aguas me favorecen, y esta
conseja cae en gracia, cuentos he de enjaretar a porrillo y sin más intervención de cartulario.
Ricardo Palma
Al pronto me causó suma extrañeza la
conseja del príncipe archimillonario y poderosísimo que deja a su mujer ganarse la vida diciendo la buenaventura, y declaro que creí que la bruja mentía por vanidad; pero después una idea hirió mi imaginación, y se me ocurrió que el tal príncipe...
Emilia Pardo Bazán
-Gracias a Dios, hace tiempo, que yo digo como madama Geofroid «quand j’étais femme». Grato y de propicio agüero es comenzar con un epitalamio, ya sea un libro o una simple conseja.
Don Gerónimo Banda, tan bueno para una trova como para una conseja, sentábase en medio al turbulento círculo y nos refería las escenas de su vida nómada, historias portentosas que escuchábamos maravillados tendido el cuello, conteniendo el aliento, y la vista fija en la masa de blancas barbas que ocultaba la boca del narrador.
riesgo de que se incomoden conmigo los trujillanos y me llamen hasta excomulgado a matacandelas y hereje vitando, ocúrreseme hoy sacar a plaza
conseja que con ellos y con su tierra se relaciona.
Ricardo Palma
El debate, la discusión libre de las ideas, pero se ha repetido la conseja y lo han repetido y lo han repetido, incluso en las encuestas.
En aquellas flemáticas figuras que se envían en calma gravemente el humo unas a otras, las pinturas de Teniers reconoces; de esta gente en el habla, ademanes y posturas, un no sé qué de vago, indiferente hay, que sus personajes asemeja a los de una fantástica conseja.
Lo que es para mí punto formalmente averiguado es que el virrey, cobrando miedo a la vocinglería de las campanas, no volvió a pasar por la plazuela de San Agustín, cuando le ocurría ir de galanteo a la calle de San Sebastián. Y aquí hago punto y rubrico, sacando de esta
conseja la siguiente moraleja: que no hay enemigo chico.
Ricardo Palma
Y pues ninguno en la
conseja histórica quiso meter la literaria hoz, yo me dije: -señores, sin escrúpulo aquí si que no peco, aquí estoy yo.
Ricardo Palma
Algunos mozos, preciso es confesarlo, se rieron de la descripción, porque el escepticismo hace ya estragos hasta en las aldeas; pero las mujeres, los viejos y los niños patrocinaron la conseja del tío Ambrosio, y el Grilo fue de los primeros a persignarse si pasaba con sus bueyes por delante del pinar.
Los cuerpos estaban fríos; junto a ellos las dos espadas; y, porque más no siguiese la Virgen sin luminaria, el cura encendió la estopa, la estopa prendió la lámpara, y desde entonces se cuenta EL MILAGRO DE LA PAVA. = Conclusión Si es
conseja o sucedido, Dios lo sabe, y Dios me valga: Goya lo tuvo por cierto, y pintó la Serenata.
Antonio Ros de Olano