Faltábale tiempo al de Madrid, en cuanto se levantó a la mañana siguiente, para correr por la solana, tumbarse bajo un nogal y caminar errante por las mieses; para gozar, en fin, con la loca expansión de un colegial en vacaciones.
Pronto recorrí, en efecto, aquel camino, que conocía tan bien, y atravesé aquellas calles tranquilas, donde cada piedra me era tan familiar corno un libro de clase a un colegial.
Lo que he sabido esta tarde por tu padre responde maravillosamente al sentimiento que me habías inspirado cuando te conocí, cuando sólo era un colegial.
Conocía tantas mujeres en París, que me fue fácil prometerle lo que pedía y cumplirlo; durante diez años tuve en mi pensión a aquel encantador colegial, quien hacia aquella época se decidió por ir a tomar otras lecciones al infierno.
Francisco Pardiñas Villar de Francos, natural de Santiago, Colegial distinguido del de Fonseca, que asistió en 1731 á la inauguración de la Academia Compostelana.
SOLDADO: El hábito no hace al monje; y tanta honra tiene un soldado roto por causa de la guerra, como la tiene un
colegial con el manto hecho añicos, porque en él se muestra la antigüedad de sus estudios; ¡y váyase, que haré lo que dicho tengo!
Miguel de Cervantes
ZAPATERO: Yo haré lo que me manda el señor soldado, porque se me trasluce de qué pies cojea, que son dos: el de la necesidad y el de los celos. SOLDADO: Ése no es ingenio de zapatero, sino de
colegial trilingüe.
Miguel de Cervantes
Miguel), natural de Santiago, Catedrático en su Universidad, colegial en Salamanca, en el viejo de San Bartolomé; Canónigo lectoral de Avila, de donde salió para Obispo de Orense, y tomó la posesión á 30 de Mayo de 1595, cuya Iglesia gobernó 15 años, con admirable celo, piedad y rectitud; y tan amante de ella, que se esmeró en enriquecerla donándola muchas alhajas, joyas y ornamentos, que aun hoy duran y son los de más precio, especialmente el Tabernáculo, Custodia, lámpara, cáliz, vinageras, aguamanil y fuentes de plata sobredoradas; piezas todas muy curiosas, grandes y ricas, que con tapicerías, pinturas y todo su Pontifical le cedió antes de morir.
Puesto que todavía no hemos decidido la cuestión principal y teniendo en cuenta que debemos hacer lo posible para no equivocamos, creo que lo mejor sería pensarlo más detenidamente. Así, tú podrías considerarlo desde un punto de vista nuevo, y no como un colegial.
Cierto aspecto indefinible de elegancia venida a menos, que se observaba en la casa que yo buscaba, diferenciándola de las otras (aunque todas estaban construidas sobre el mismo patrón y parecían esos intentos primitivos de colegial torpe que aprende a dibujar casas), me recordaba todavía más a mis antiguos huéspedes.
Me hubiera sido completamente imposible, y quizá también a él mismo, el explicar lo que pensaba de todo aquello; pero, como ya he dicho al contar mi vida de colegial, su veneración por el doctor no tenía límites; y hay en un afecto verdadero, aunque sea por parte de un animal, un instinto sublime y delicado que supera a la inteligencia más elevada.
Se ignoran las relaciones que le llevaron á México en su primera juventud; pero se sabe, y él lo dice, que allí siguió sus estudios, y que fue Colegial de uno de sus Colegios.