A estas palabras, levantándose Cayo Ligario sobre el codo, respondió: "De verdad, Bruto, yo estoy bueno y sano si tú piensas y hablas cosas dignas de ti mismo".
Y Lola diciendo esto, apoyó un codo en una rodilla y la barba en la palma de la mano, y quedóse mirando irónica y fijamente al viejo.
No le extrañe, pues, que la imagine tendido el cuello, el codo en la rodilla, la mano en el mentón y la yema del índice hundiendo su mejilla.
Cuando se apagó la lámpara, amigos míos, y los esclavos se hubieron retirado, juzgué que no me convenía usar rodeos con Sócrates y que debía exponerle claramente mi pensamiento. Le toqué, pues, con el codo y le pregunté -¿Duermes, Sócrates?
Un minuto más tarde no le quedaba espacio ni para seguir arrodillada, y tuvo que intentar acomodarse echada en el suelo, con un codo contra la puerta y el otro brazo alrededor del cuello.
El brazo derecho se apoyaba en la balaustrada del palco y hacía estremecer todos los nervios de mi cuerpo con su exquisita simetría. Su parte superior estaba cubierta con una de esas mangas abiertas y sueltas, hoy tan en boga, que apena le llegaba al codo.
Ahora el Conejo había llegado ante la puerta, e intentó abrirla, pero, como la puerta se abría hacia adentro y el codo de Alicia estaba fuerteanente apoyado contra ella, no consiguió moverla.
Las naciones no se forman atando codo a codo a “los pueblos” que han de integrarlas, sino mediando un respeto recíproco entre los mismos.
Alcibíades: Sin dificultad. Sócrates: ¿Y cómo llamas al arte que hace que cada uno concuerde consigo mismo siempre sobre la magnitud de un pie o de un codo?
Afortunadamente, los jefes y jefas de Estado de la América del Sur, más allá de las diferencias que es notable y que además es normal que tengamos en todos los gobiernos, sabemos que nuestro futuro está en estar tomados de la mano, brazo con brazo, codo con codo, como quería Mario Benedetti.
¿Y no dirías más bien que es por la cantidad? Lo mismo de dos codos, ¿no dirías que son más grandes que un codo por la magnitud que no porque tienen un codo más?
Necesitamos demostrar al pueblo de México que somos una comunidad responsable, que merecemos la autonomía, pero no solo será la demanda, la exigencia por la libertad da nuestros un motivo de satisfacción y orgullo que estudiantes y maestros del Intituto Politécnico, codo con codo, como hermanos nuestros, nos acompañan en esta manifestación.