ubicándose en el mismo territorito que ocuparan los mochicas dos siglos antes, su extensión fue desde el Departamento de La Libertad hasta el departamento de Tumbes por el norte y el Río Chillón por el sur en Lima.
En los taludes que rodean las ramblas nidifican gran cantidad de aves como la paloma zurita, la carraca, el cernícalo vulgar, el mochuelo común, la grajilla, el avión roquero, el vencejo real, la collalba rubia, el gorrión chillón (Petronia petronia) o el camachuelo trompetero (Bucanetes githagineus), que normalmente habita en los oasis saharianos.
En el período llamado Formativo (2000 años a.C.), se construyeron, entre la cuenca de los ríos Rímac y Chillón, cuatro importantes centros ceremoniales: La Florida, Garagay, Pampa de Cueva y Huacoy.
C.) se desarrolló la cultura Lima que se distribuye en la costa central en los valles contiguos de Chancay, Chillón, Rímac y Lurín.
En la costa peruana, cerca de Lima en Ancón, se encuentra Chivateros, cerca de la desembocadura del río Chillón que evidencia la presencia humana hacia el 8.500 años a.C.; y así podemos seguir enumerando sitios, en donde si bien no había aún el concepto de Estado y Nación, pero qué duda cabe, el humano peruano, sin saberlo quizá, iniciaba su camino lento pero inexorable hacia ello y hacia la civilización, la más grande de América: la Inca.
solitarius), avión roquero (Ptyonoprogne rupestris), vencejo real (Apus melba), collalba negra (Oenanthe leucura), gorrión chillón (Petronia petronia), escribano montesino (Emberiza cia).
MANCHA: Alcázar de San Juan, Arenas de San Juan, Argamasilla de Alba, Campo de Criptana, Daimiel, Herencia, Labores (Las), Manzanares, Membrilla, Pedro Muñoz, Puerto Lápice, San Carlos del Valle, Santa Cruz de Mudela, Socuéllamos, Solana (La), Tomelloso, Valdepeñas, Villarrubia de los Ojos, Villarta de San Juan, Ruidera, Arenales de San Gregorio, Llanos del Caudillo. MONTES SUR: Agudo, Alamillo, Almadén, Almadenejos, Chillón, Guadalmez, Saceruela, Valdemanco del Esteras.
Cuando se alcanza mal á repartir en un cuadro los matices y medias tintas de tal suerte que en la unidad del conjunto aparezcan los objetos encajados, subordinados al todo, se cae en el desenfreno del colorismo chillón y de mosaico, de brillos metálicos, corriendo tras el enorme despropósito de que las figuras se salgan del cuadro, que vale tanto como desquiciarlas de su puesto y disociarlas de la realidad, acudiendo para ello procederes de efecto escenográfico, más que sean pintar en el mareo la pezuña de un caballo ó cualquier otro desatino tan desaforado.
Dan verdadera grima sus alabanzas a sí mismo, su tono chillón de pregonero y, sobre todo, los alardes que hace de una supuesta « ciencia » y toda su cháchara en torno a ella.
El grupito volvió a Nápoles por ferrocarril, como había venido, y aquella noche, en un palco del San Carlo, Max y Fabio contemplaban, ayudados de sendos gemelos, cómo brincaban, imitando a Amalia Ferraris, la bailarina entonces de moda, un enjambre de ninfas que llevaban, bajo las faldas de gasa, unos horribles pololos de color verde chillón que hacían que parecieran ranas picadas por la tarántula.
Entrad con él en su casa, en cuya fachada os hieren la vista á la luz do un sol entero ringorrangos de añil chillón sobre fondo blanco como la nieve.
El contraste de esos malos modos, de ese rompe y rasga inoportuno con las demás formas especiales de la vida elegante, delicada y ceremoniosa, es, puro chillón, escándalo.