–La fuerza es necesaria a la vida. –Está visto que en las relaciones internacionales hay que lleva en una mano el protocolo y en otra una cartuchera.
Sir Clyron Y bebestibles; no faltará nada a bordo, y esta noche se emprende la marcha. Doctor Mirabel ¡Cómo vamos a gozar, señor Cartuchera!
La parte de María Magdalena se le encargó a una moza ojimorena, de cumplida estatura y rolliza blancura, a quien naturaleza en la pechera puso una bien provista cartuchera.
Las botas lustrosas, el sable brillante, la cartuchera y sus correas limpitas, el uniforme bien cepillado, el kepí, con su galón de oro, elegantemente colocado en la cabeza, todo hacia de él un modelo de aseo y de corrección militar.
A esto se bautizó con el nombre de despejo, y hasta ha poquísimos años, en que a Dios gracias y con sobra de buen sentido por parte del gobierno tan ridícula exhibición se ha proscrito, vimos despojos en que los soldados se arrodillaban, y con flores sacadas de la
cartuchera trazaban letras en el suelo hasta poner un Viva mi amor, que no lo escribiera más lindo pendolista de oficina.
Ricardo Palma
El padre Zumarán que, por la ausencia del superior, ejercía el cargo de Vicario, no vio de buen ojo las facultades de que venía investido Terón. Consultó sobre ello al real Acuerdo, y éste le contestó: «Quien manda, sabe lo que manda, y
cartuchera al cañón».
Ricardo Palma
Para el de Valdehoyos no había más credo político que— quien manda, manda, y cartuchera al cañón— que es el credo de los déspotas, y ponía término á toda discusión diciendo muy exal- tado: — Yo soy aquí el rey, yo soy la Constitución, yo soy todo V...
Velis, a menos de veinte metros del enemigo disparaba con asombrosa tranquilidad apoyándose en un delgado arbusto; contestando con mucha flema todas las instancias que se le hacían para que abandonase aquel sitio barrido por las fusiladas, permaneció sirviendo de blanco hasta que casi agotada su
cartuchera fue a reunirse a sus compañeros.
Práxedis G. Guerrero
Se dice que uno era de Zaragoza; el otro vivía en Las Vacas, y al sentir el ruido de la pelea y oír las exclamaciones de los combatientes se despertó en él la solidaridad de oprimido; ciñose la
cartuchera, tomó su carabina, se echó a la calle al grito de ¡Viva el Partido Liberal!
Práxedis G. Guerrero
Un joven, rubio como un escandinavo, corría de un peligro a otro con el traje desgarrado y sangriento; una bala le había tocado un hombro, otra una pierna, abajo de la rodilla; otra en un muslo y una cuarta fue a pagarle en un costado sobre la
cartuchera; el choque lo derribó; el proyectil liberticida había encontrado en su camino el acero de los proyectiles libertarios y saltó dejando intacta la vida del valiente, que, puesto de nuevo en pie, continuó el combate.
Práxedis G. Guerrero
Quizá, como ciudadanos, estemos de acuerdo con usted en que el juramento es un ul- traje á la dignidad del hombre, y sobre irreverente para con la divinidad da motivo á inmoralidades; pero, como jueces, decimos cartuchera al cañón.
No se prefixa duración a la cartuchera, cinturón, y armamento, porque deben estrenarse y reemplazarse según el estado de su uso, el que deben graduar los Jefes, como responsables de la economía, y brillantes de su cuerpo.