¡Tú no has caído en que yo sería tonto de
capirote si me marchase contigo a España a ponerte en posesión de medio tesoro, contando con que tú me pondrías a mí en posesión del otro medio!
Pedro Antonio de Alarcón
Don Olimpio, tonto de
capirote, en cuanto no le interesa directamente, es, en lo que puede convenirle, uno de los seres más sagaces que he conocido.
Emilia Pardo Bazán
Tan pronto parece un motolito, como un solemne marrullero: cuando le busco devoto le encuentro descreido; y cuando mas se me va acreditando de sabio y resabido, da una voltereta, y catamele un tonto de capirote.
El hombre echó a correr vociferando como un loco, alborotóse la calle de Bodegones, el almacén se llenó de curiosos para quienes Ramoncito era antiguo conocido, descubrióse el pastel, y por vía de anticipo mientras llegaban los alguaciles, la emprendieron los catalanes a mojicones con el obispo de pega. De eno es añadir que Chicheñó fue a chirona; pero reconocido por tonto de
capirote, la justicia lo puso pronto en la calle.
Ricardo Palma
IV Si estúpido y sinvergüenza estuvo Mendoza con su recurso de desistimiento, tres días después acabó de consolidar su reputación de tonto de
capirote, presentando nuevo escrito que, por ser típico, quiero copiar ad pedem literae : "Iltmo.
Ricardo Palma
-Es que si llega ese caso (replicó Segismundo), también lo envidiaré yo; pero no precisamente por la cartera, sino por otra cosa... -¿Por qué? -Porque es tonto de
capirote, y un ministro tonto debe de ser el hombre más feliz de la tierra. -¡Ya lo creo!
Pedro Antonio de Alarcón
Pero lo que pasó fue —lo peor de todo— que en los cuarteles se quedaron los amigos de Batista; aquellos soldados y aquellos oficiales que se cuadraban ante Batista, se quedaron en los cuarteles con las armas en las manos, y al cabo de ocho años un día volvió Batista, le permitieron que regresara —porque esos son los errores de los tontos de capirote que a veces dirigen a los Estados— cuatro años después de haber estado en el exilio, vino con sus millones robados, organizó un partidito de bolsillo y al amparo de la ley y de la Constitución se dedicó a conspirar.
«Mas si consideramos los hombres los unos con respecto a los otros, ¿qué sucederá de ellos?» Sucederá que a los tontos de capirote les demos algunos papirotazos, y a los ignorantes audacísimos los pongamos atados pies y manos a las puertas de la Duquesa, para que esta noble dama junto con su doncella Altisidora les den quinientos mil pellizcos y los dejen con más cardenales que el Sacro Colegio.
Petrilla no comprendió esta gracia de la calle de Saint-Denis y abrió mucho los ojos. -Es tonta de capirote -dijo Silvia a la señorita Borain, la costurera más hábil de Provins.
-le preguntó, poniéndose lívida, la señora Micaela. -Lo que yo creo -dijo- es que la ligereza de esa tonta de capirote nos hace retroceder uno o dos meses en la curación.
Y yo desahucié a Pablo; porque, en efecto, aquella visión era horrible. -Señoras -decía la otra noche un viajero en una soirée-, el diablo es un tonto de capirote.
La habilidad del diablo considero en hacer que requiebre con la llaga, y por bien azotado, un caballero; y en ver que el alma entera aquél le paga, que
capirote y túnica le aprueba, mientras viene quien más cadera haga.
Francisco de Quevedo