Sus desventuras habían terminado y él, sólo pedía a todos los pueblos de ANAHUAC: "¡Amigos míos, en pie! Yo soy NEZAHUALCOYOTL, el cantor.
Y el coyote al estar borracho, principió a cantar y al oír los patrones del perro viejo que el coyote estaba cantando en la cocina, dejaron el baile y echando mano de palos, piedras, macanas y flechas se dirigieron hacia donde estaba el cantor empulcado.
El macho más grande, más fuerte, con la cabeza adornada por un moño de color de oro, era un cantor infatigable y un amante rendido y leal.
No hay pintor que acierte a colorear con la novedad y transparencia de otros tiempos la aureola luminosa de las vírgenes, ni cantor religioso o predicador que ponga unción y voz segura en sus estrofas y anatemas.
Soy el que compone cantos, el que los crea, los forja y los engarza; el buen cantor de limpia y recta voz, el que la educa en la casa de las flores y los cantos con palabras firmes como columnas de piedra.
Hasta hace pwcos aflos fué Tamariz persona de fuste en la parroquia de San Ildefonso de Caraz, como que ejercía los socorridos cargos de sacristán, campanero, misario en las misas rezadas, organista en las fiestas solemnes, y cantor fúne- bre en todo sei elio.
¡Así se escribe!— diría yo á mis discípulos si tuviera competencia para catedrático de literatura En esos dos cantos ha transparentado el poeta sus ideales políticos, sociales y religiosos. En nuestra joven América, el poeta está obligado á ser, ante todo, el
cantor de la libertad y del derecho.
Ricardo Palma
Y necia ostentacion echando fuera Interrumpió al cantor de esta manera: ---Dejad los salmos, que en verdad buen hombre Que aunque santos son pocos divertidos Para halagar con ellos De un hidalgo que cena los oidos.
Así volvieron durante varias semanas y el pajarillo cantor no desaparecía, por lo contrario, en cuanto los veía, comenzaba su "Tihui, Tihui." Y es que HUITZILOPOCHTLI no se cansaba de repetir aquello, pues a fuerza de voluntad, los sabios tendrían que convencerse de su mensaje.
Al saber el príncipe fugitivo lo sucedido con quien le había demostrado tan espontánea admiración y amistad, pensó: "Con lágrimas de flores de tristeza con que mi cantar se engalana, yo cantor hago memoria de los buenos, los que fueron quebrantados cual vasijas; los que fueron sometidos a la muerte.
Esto variaba desde la guitarra sola y el novio
cantor, de pocos posibles, hasta el cuarteto, septuor, y aun orquesta completa y un piano, que tal o cual señorete adinerado hacía soñar bajo las ventanas de la dama de sus deseos.
Rubén Darío
¡Argentina! El
cantor ha oteado desde la alta región tu futuro. Y vio en lo inmemorial del pasado las metrópolis reinas que fueron, las que por Dios malditas cayeron en instante pestífero; el muro que crujió remordido de llamas la hervorosa Persépolis, Tiro, la imperial Babilonia que aun brama, y las urbes que vieron a Ciro, a Alejandro, y a todos los fuertes que escoltaron victorias y muertes.
Rubén Darío