Amaba inmensamente a sus hijos, de los cuales Edmundo, el mayor y a quien dedicó sentidisimos versos, acababa de morir el 24 de noviembre del último en Yokohama, pues era nuestro
Cónsul General en el Imperio del Japón.
Antonio Plaza
113 Siendo cónsul Pompeyo la primera vez, dos, Cina, eran asiduos de Micila: hecho cónsul ahora de nuevo continúan los dos, pero le crecieron mil a cada uno.
Para que se constate el estancamiento de Montevideo, cuando no su retroceso evidente, véase ahora esta impresión breve de un militar inglés de 1825: “ el martes 23 de Marzo desembarcamos al romper el día, en compañía con el capitán, para presentar nuestros respetos formales al Cónsul británico y entregar nuestras cartas.
A Juan Guerrero Cónsul general de la Poesía Los caballos negros son. Las herraduras son negras. Sobre las capas relucen manchas de tinta y de cera.
Enséñame un hombre que no lo sea; uno sirve a la lujuria, otro a la avaricia, otro a la ambición, todos al temor, yo podré mostrarte un cónsul sirviendo a una vieja, un rico sirviendo a una criada.
II EL MARTIRIO Flora desnuda se sube por escalerillas de agua. El Cónsul pide bandeja para los senos de Olalla. Un chorro de venas verdes le brota de la garganta.
Si hemos de creer al general Miller, amigo y camarada del general Santa Cruz, también este prócer (acerca del cual escribía el cónsul británico Wilson al general O´Connor: “Le aseguro que me acerco a este indio, con más respeto que al Rey de Inglaterra” .), estuvo en Montevideo nada menos que sirviendo a su defensa cuando los “sitios” patriotas de 1811 a 1814.
Cada una de las partes contratantes estará facultada para nombrar cónsules en protección de su comercio en el territorio de la otra; pero antes que ningún Cónsul pueda ejercer sus funciones, deberá en la forma acostumbrada ser aprobado y admitido por el gobierno de la república cerca del cual sea enviado; y cada una de las partes contratantes podrá exceptuar de la residencia de cónsules aquellos puntos de su territorio que juzgue oportuno.
El alma se acomoda insensiblemente a los objetos que la ocupan, siendo las grandes ocasiones las que hacen los grandes hombres. El príncipe de la elocuencia fue cónsul de Roma, y el más grande tal vez de los filósofos, canciller de Inglaterra.
Quero Morales, y con el cónsul de España en Perpignan, quienes me expresaron que el presidente de las Cortes, señor Diego Martínez Barrio, presidía un Comité que se ocupaba de la emigración a América de sus compatriotas; y que a él deberían dirigirse los memoriales respectivos, de acuerdo con los formularios impresos que al efecto me entregaron y de los cuales acompaño a usted, señor Presidente, un ejemplar.
La Mosellc continuó su viaje para el Callao conduciendo también á monsieur de Saillard, vice-cónsul nombrado i ara el Perú. Ambos agentes consulares eran tipos opuestos.
El vice-cónsul acreditado para Chile fué muy bien acogido por la sociedad de Valparaíso, y pasó ocho meses de paseo en paseo, de fiesta en fiesta y de baile en baile.