La internacional de la esperanza. No la burocracia de la esperanza, no la imagen inversa y, por tanto, semejante a lo que nos aniquila.
No es cuestión de resolver el problema... La burocracia mata el espíritu revolucionario. La Revolución necesita sus grandes reservas de valores.
En cuanto al apoyo al transporte para su mejoramiento, tengo aquí documentos de la Comisión Sectorial del Transporte y Vialidad, dentro del COPLADE del Distrito Federal, que a su vez integra el plan para el Distrito Federal, del desarrollo del Distrito Federal y zona centro, y esta a su vez en el llamado Plan Nacional de Desarrollo, documentos en los cuales se reconoce la gravedad del problema y, en parte, por el crecimiento demográfico; pero en parte también, por la lentitud de las acciones de vialidad, quizá, al espesamiento de la burocracia...
Y así, la alta y baja burocracia que la Corona envió a México, se encumbraba brevemente en el poder, para después caer por la propia corrupción, que les permitía abusar y enriquecerse al mismo tiempo.
Porque a veces entonces viene, ¡ah!, esa es la otra parte, la burocracia, la burocracia, el Estado burocratizado, que pone trabas por aquí y trabas por allá, ¿no?
El creciente y desorbitado gasto público en el sostenimiento de una burocracia excesiva, inflada y muchas veces improductiva, que consume los esfuerzos de los ciudadanos productivos; campesinos, obreros, industriales, artesanos, profesionistas, comerciantes, etcétera.
La racionalización del gasto primario estará estrechamente relacionado con la optimización del tamaño de la Administración Pública, con la ejecución eficiente de funciones y procedimiento y la revisión de las necesidades efectivas de personal dentro de una sana reorganización de la burocracia nacional y subnacional.
6.º La plantilla del personal se acomodará a las necesidades del servicio, evitando la burocracia innecesaria y opuesta a la austeridad del nuevo régimen, pero sin restricciones excesivas que cercenen el rendimiento adecuado del organismo.
El nepotismo exacerbado en las dos últimas administraciones ha producido la multiplicación de una alta burocracia con sueldos estratosféricos y prebendas aristocratizantes que sangran sin piedad la economía nacional.
Os atemorizan vuestros propios hijos, ya que ellos son nativos en un mundo donde vosotros siempre seréis inmigrantes. Como les teméis, encomendáis a vuestra burocracia las responsabilidades paternas a las que cobardemente no podéis enfrentaros.
(Aplausos.) Tenemos que terminar con el centralismo y la burocracia, queremos que terminen las colas en las ventanillas del papel sellado y la frasecita: «vuelva mañana».
No puedo celebrar suficientemente la gloriosa libertad que reina en las bibliotecas públicas del siglo veinte comparado con la intolerable gestión de las del siglo diecinueve, en la cual los libros estaban celosamente a buen recaudo apartados de la gente, y solamente eran obtenibles a un coste de tiempo y burocracia que desanimaba a cualquier gusto común por la literatura.