El señor comisario se subió al púlpito y comienza su sermón, y a animar la gente a que no quedasen sin tanto bien e indulgencia como la santa bula traía.
Además, no creo que a las mujeres se nos haya otorgado ninguna
bula, dispensándonos de tener tanta verguenza y tanto valor como los hombres.
Pedro Antonio de Alarcón
Ansí procuraba tenerlos propicios porque favoreciesen su negocio y llamasen sus feligreses a tomar la bula. Ofreciéndosele a él las gracias, informábase de la suficiencia dellos.
En un lugar de la Sagra de Toledo había predicado dos o tres días, haciendo sus acostumbradas diligencias, y no le habían tomado bula, ni a mi ver tenían intención de se la tomar.
El Papa San Pío V, en su
bula De salute gregis, expedida en 1 de noviembre de 1567, prohibió y vedó, bajo las penas de excomunión y anatema ipso facto incurrendas, a todo príncipe el permitirlas, así como a los eclesiásticos el asistir, privando de sepultura sagrada a los toreros que muriesen en ellas.
Mariano José de Larra
Aun la sarna no os come con su gula, Y sola tenéis
Bula Para no sustentar cosas vivientes; Por sólo ser de hueso tenéis dientes, Y de acostarse ya en partes tan duras, Vuestra alma diz que tiene mataduras.
Francisco de Quevedo
No ves tú que lo que yo quiero pa arreglar este mal chapú es platicar cuatro palabras con tu Dolores antes de que tú güervas a su querencia. -Pos siendo asín, yo le prometo a usté con toas las veras de mi arma no arrimarme allí ni manque me den una bula.
En entrando en los lugares do habían de presentar la bula, primero presentaba a los clérigos o curas algunas cosillas, no tampoco de mucho valor ni substancia: una lechuga murciana, si era por el tiempo, un par de limas o naranjas, un melocotón, un par de duraznos, cada sendas peras verdiñales.
Por
bula de 28 de Septiembre de 1581, fué autorizado el flamante abad para escoger, con destino al convento de Lima, cuanta reliquia le pluguiere.
Ricardo Palma
basta de nombres. La lista, que no es corta, la trae la
bula, y no vale la pena de copiarla íntegra. En Lima, los agustinos se reservaron la mitad del cargamento de huesos, y el resto lo distribuyeron entre la Catedral y las parroquias.
Ricardo Palma
Fernando, una bula en que declarase su santidad que esta conquista fuese a favor de los reyes de León y Castilla, y así expidió la bula en mayo de 1493.
Sabido es que las personas de copete compraban el derecho de oir misa en casa y de mantener capellán rentado, amén de otros privilegios como los que tuvo el marqués de la Bula, y que han servido de tema para una de nuestras tradiciones precedentes.