La admiración solía durante el pasado siglo detenerse en Miguel Angel como en el confín de un prado ameno y una feracísima selva. El barroco atemorizaba; era el reino de la confusión y del mal gusto.
En aquel momento cruel hubo todavía algún lloriqueo, y yo comprendí que era la primera vez que aquel marido brutal exigía tal cosa a su mujer; y, desgraciadamente, el inicio era duro pues, independientemente del gusto barroco del personaje a quien la entregaba, era éste un viejo libertino muy imperioso y brusco, que no la trataría decentemente.
Ya pa' terminar, mi calle se engalana pípirisnais con dos pomposas y relamidas casonas: una dizque neoclásico francés de los tiempos porfirianos y la otra, muy destruida por el temblor del 57 que'sque
barroco colonial, según nos apantalla el dueño pa' aumentarnos la renta.
Antonio Domínguez Hidalgo
Por medio de un rodeo, la admiración evitaba la selva e iba a apearse de nuevo al otro extremo de ella, donde con Velazquez parecía volver la naturalidad al gobierno de las artes. No dudo de que efectivamente haya sido el barroco un estilo de rebuscada complejidad.
Cuando las formas son más perfectas, exigen menos ornamentación, considerando como tal no las ideas representativas por la estatuaria y relieve que es un miembro necesario y no ornamentación, como las formas egipcias y griegas y de la edad media que no exigen tanta ornamentación como los derivados del renacimiento y el mismo bizantino, o mejor, en los estilos que no son originales y por lo tanto derivados de otros, tiene gran importancia la ornamentación, como el romano cargado de formas y esculturas y el barroco, que en esto le deja muy atrás.
Destaca también su obra Ramillete de varias flores poéticas publicado en 1676. Santafé de Bogotá, 1606 - Tunja, 1659) Poeta y jesuita colombiano de origen español cuya poesía se inscribe en el culteranismo barroco que inició Góngora en España.
Gongorino entusiasta y no exento de ingenio, dotado de excelentes recursos de versificador, Hernando Domínguez Camargo es un figura representativa del barroco literario en la América española, cuya extensión sólo es comparable a la del barroco de las artes plásticas.
La valoración de este poeta ha sufrido las peripecias bien conocidas del juicio de la posteridad sobre el espíritu y forma del barroco.
Se trata de comprobar que se diferencian los elementos básicos de los estilos artísticos medievales (Románico, Gótico, arte Islámico) del Renacimiento y del Barroco y se aplica este conocimiento al análisis de obras relevantes reconociendo la significación de algunos autores españoles, particularmente del Siglo de Oro.
Ahí estaba grabada la falsía, pues el conde verdadero, antes de ser asesinado, había ordenado grabar las sospechas del crimen que presentía y lo había ocultado con el impresionante marco barroco de la pintura.
Ahí descubrimos la base generadora: La encrucijada del mundo nuestro de cada sábado y domingo, de lunes a viernes trabajo a fuerzas y a veces a fuerzas, que es lo único que nos queda en esta sociedad en transición de barroco tecnificado que a destajo nos ahoga y a golpe de creatividad vamos destruyendo.
Los numerosos pasajes de Shakespeare en que el lenguaje es barroco, vulgar, exagerado, extravagante, hasta obsceno, se los inspiró la Vida, que anhelaba un eco a su propia voz, rechazando la intervención del bello estilo, a través del cual puede únicamente expresarse.