Y cayó en el lodo. -No es esto muy cómodo -observó-, pero sin duda es algún balneario de moda a donde me han enviado para que reponga mi salud.
Se le paseó de
balneario en
balneario; se le arrastró de sanatorio en sanatorio, de playa en playa, de altitud en altitud; se le sometió a rigores espartanos, y, como quiera que la ciencia afirmaba que a veces el dolor despierta y fortifica, se llegó al extremo de azotarle con unas varitas delgadas, iguales a las que sirven para batir la crema, mientras la madre, que no quería presenciar la crueldad, se refugiaba en un cuarto interior, tapándose con algodón los oídos...
Emilia Pardo Bazán
de la señora del ministro de Hacienda, y la declaró buena presa; los Arqueta y Conchita Manzano, la ministra, se habían conocido en un
balneario del Norte.
Leopoldo Alas
En este caso especial, lo que ocurrió en el
balneario mismo debieron de fisgarlo las camareras, que no son malas espías, o los vecinos al través del tabique, o...
Emilia Pardo Bazán
os encontrábamos reunidos en el gran
balneario muchos clientes del célebre especialista doctor Veiga, que tanto nombre se ha ganado en el tratamiento de las enfermedades hepáticas, y al saber que llegaba, se resolvió ofrecerle un familiar almuerzo en la robleda.
Emilia Pardo Bazán
Pues en vano aspiráis a tal privilegio... si lleváis chaleco al balneario. Es necesario, para que Agripina os honre con algo más que una imperceptible inclinación de cabeza, que os presentéis con zapatos blancos, de tela y con semicírculos de charol, con faja chillona y camisa churrigueresca terminada por cuello blanco de los que dan garrote al dar vuelta.
1.- Declárase Paisaje Protegido de Interés Provincial a la Cuenca del Arroyo El Pescado, desde su nacimiento en el partido de La Plata, entre las calles 612 y la Ruta Provincial 36, hasta su desembocadura en el Río de La Plata, entre el Balneario Bagliardi y el Balneario Municipal de La Balandra en el partido de Berisso.
El nombre Zucker (azúcar) alude nuevamente a Karlsbad,
balneario al que mandamos los médicos a nuestros enfermos de diabetes, que es una enfermedad constitucional.
Sigmund Freud
ue en el
balneario de Aguasacras donde hice conocimiento con aquel matrimonio: el marido, de chinchoso y displicente carácter, arrastrando el incurable padecimiento que dos años después le llevó al sepulcro; la mujer, bonitilla, con cara de resignación alegre, cuidándole solícita, siempre atenta a esos caprichos de los enfermos, que son la venganza que toman de los sanos.
Emilia Pardo Bazán
En el
balneario, aunque el trato fue de mucha confianza, Arqueta no pudo conocer, de seguro, si la ministra era una de las catorce señoras malas del Padre Coloma.
Leopoldo Alas
n el
balneario de Aguachirle, situado en lo más frondoso de una región de España muy fértil y pintoresca, todos están contentos, todos se estiman, todos se entienden, menos dos ancianos venerables, que desprecian al miserable vulgo de los bañistas y mutuamente se aborrecen.
Leopoldo Alas
Recibe las vacaciones con el gozo salvaje del caballo de coche de posta lanzado al potrero, escoge un balneario barato y se va al mar resuelto a sacarle el jugo al «veraneo», a no dejar perderse un solo centavo de descanso y alegría.