Otra peculiaridad de la casa moderna es el ascensor que trae del tercer piso la comida y los platos y devuelve enseguida todo el servicio.
-Buenos días -repúsole Lola sonriendo al recién llegado. -¿Se puée subir por el ascensor?, -preguntole éste con dulce acento. -No, señor, que Dios castiga -dijo Pepa asomando su semblante moreno por encima del hombro de Dolores.
Resigue. El
ascensor lo conduce hasta el piso donde se encuentra la jefatura de aquella institución pública. "Siempre arriba y ...sobre los demás".
Antonio Domínguez Hidalgo
Todos los días a la salida del sol se hallaba junto al pique listo para bajar y era siempre de los últimos el tomar el
ascensor para regresar a su solitaria habitación en la falda de la colina.
Baldomero Lillo
- Es que...- La puerta del
ascensor se abre y el funcionario se introduce con rapidez; torna automáticamente a cerrarse y el tímido se queda con lo que iba a decir.
Antonio Domínguez Hidalgo
Allá abajo se amontonaban en el
ascensor formando una masa compacta, un nudo de cabezas, de piernas y de brazos entrelazados que fuera del pique se deshacía trabajosamente, convirtiéndose en una larga columna que caminaba silenciosa por la carretera en dirección de las lejanas habitaciones.
Baldomero Lillo
Por el hueco de la puerta se veía el
ascensor aguardando su carga humana que, una vez completa, desaparecía con él, callada y rápida, por la húmeda abertura del pique.
Baldomero Lillo
Fariña, entre tanto, había dejado el
ascensor y caminaba por la galería central, esquivando los obstáculos con la soltura peculiar en él.
Baldomero Lillo
Algunos instantes pasaron, y de pronto la gran argolla de hierro que corona la jaula asomó por sobre el brocal. El
ascensor se balanceó un momento y luego se detuvo por los ganchos del reborde superior.
Baldomero Lillo
Cuando, dos minutos después, el
ascensor se detenía frente a la galería principal, las risotadas, las voces y los gritos que atronaban aquella parte de la mina cesaron como por encanto, y un cuchicheo temeroso brotó de las tinieblas y se propagó rápido bajo la sombría bóveda.
Baldomero Lillo
Cada propietario deberá contribuir con los gastos necesarios para la administración, conservación, mantenimiento, operación, reparación y modificación de los bienes comunes, incluyendo la contratación de los seguros contra incendio, terremotos, incendios causados por terremotos con extensión de cubierta sobre todo el edificio y con los daños ocasionados por o al ascensor en atención a la cuota de gastos comunes definida en el Reglamento de Copropiedad, sin perjuicio de las estipulaciones expresas de las partes, siempre que no contravengan las disposiciones de esta Ley.
Apenas el
ascensor se hundía en el pique algunos metros, los que iban en él se ponían a gritar que los izaran sin demora y salían medio ahogados, tosiendo desesperadamente.
Baldomero Lillo