Se pueden
apresar los bueyes y las pingües ovejas, se pueden adquirir los trípodes y los tostados alazanes; pero no es posible prender ni coger el alma humana para que vuelva, una vez ha salvado la barrera que forman los dientes.
Homero
Goyeneche, que blasonaba de católico fervoroso, pues men- sualmente confesaba y comulgaba, no quiso que el Jueves 28 de Mayo dejase de salir la procesión del Corpusy y dictó las ór- denes del caso, á la vez que piquetes de tropa registraban las casas, i ara apresar á los vecinos principales denunciados como simpatizadores con la revolución vencida ó que, después de la derrota, se habían refugiado en su hogar.
Este, que también se 'hallaba en la Guayra, y habi- tando la misma casa en que se alojó Miranda, esperó á la media noche y á que estuviese profundamente dormido para, personalmente, apresar á su jefe y hacerlo entregar á los es- pañoles.
Mas, sin embargo de esto y de no tener aquí nada que los aqueos puedan llevarse o
apresar, animo a los licios y deseo luchar con ese guerrero, y tú estás parado y ni siquiera exhortas a los demás hombres a que resistan al enemigo y defiendan a sus esposas.
Homero
¿Convenía que los vecinos encendiesen luminarias, era preciso limpiar acequias, blanquear paredes o
apresar algún bandido que andaba por extramuros cometiendo desaguisados?
Ricardo Palma
En la alta mar, el Estado que tenga jurisdicción de conformidad con el párrafo 3 podrá, con arreglo al artículo 110, apresar a toda persona o buque que efectúe transmisiones no autorizadas y confiscar el equipo emisor.
Manso desplegó toda su actividad y energía, y en breve consiguió
apresar y dar muerte al caudillo, cuya cabeza fue colocada en el arco del Puente de Lima.
Ricardo Palma
¡Y día adolescente -ojos claros y músculos morenos-, cuando pensaste a amor, junto a la fuente, besar tus labios y
apresar tus senos!
Antonio Machado
6º) Que se formen piquetes especiales al mando de un preboste para combatir el abigeato y el cuatrerismo, y apresar a los desertores.
Pero como no lograra
apresar ninguna de aquellas ligeras zancudas, llegó a enfadarse y se le ocurrió descargar su mal humor sobre el huérfano, a quien acusaba de torpe y de no haber espantado bien los bípedos.
Javier de Viana
Partidario de los vascongados, creyó que la carta del virrey lo autorizaba para cometer una barrabasada; y una noche hizo
apresar secreta y traidoramente a don Alfonso Yáñez y a ocho o diez de los principales vicuñas, mandándoles dar muerte y poner sus cabezas en el rollo.
Ricardo Palma
Rodríguez permaneció sereno y buscó a en rededor algo que le sirviera de tabla de salvacion, y sus ojos dieron con el cepo, instrumento de castigo y de tortura que estaba colocado en el patio para apresar a los reos del campo.