Cada noche enterrará su vida consumida en los andrajos del otoño y sin nadie que le erija la osamenta ni levante su cuerpo diluido, tan solo aguardará aquella promesa de brotar a su libre
apocalipsis...
Antonio Domínguez Hidalgo
Cuál es la resurrección primera y cuál la segunda CAPÍTULO VII. De los mil años de que se habla en e Apocalipsis de San Juan, y qué es le que racionalmente debe entenderse CAPÍTULO VIII.
–Por eso yo daré a los hombres mi interpretación del
Apocalipsis y luego me iré a la montaña a hacer penitencia y a rogar por ellos.
Roberto Arlt
29 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice á las iglesias. Apocalipsis 3 1 Y ESCRIBE al ángel de la iglesia en SARDIS: El que tiene los siete Espíritus de Dios, y las siete estrellas, dice estas cosas: Yo conozco tus obras que tienes nombre que vives, y estás muerto.
22 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice á las iglesias. Apocalipsis 4 1 DESPUÉS de estas cosas miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo: y la primera voz que oí, era como de trompeta que hablaba conmigo, diciendo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que han de ser después de éstas.
9 Y cuando aquellos animales daban gloria y honra y alabanza al que estaba sentado en el trono, al que vive para siempre jamás, 10 Los veinticuatro ancianos se postraban delante del que estaba sentado en el trono, y adoraban al que vive para siempre jamás, y echaban sus coronas delante del trono, diciendo: 11 Señor, digno eres de recibir gloria y honra y virtud: porque tú criaste todas las cosas, y por tu voluntad tienen ser y fueron criadas. Apocalipsis 5 1 Y VI en la mano derecha del que estaba sentado sobre el trono un libro escrito de dentro y de fuera, sellado con siete sellos.
Los medrosos querrán replegarse; los ambiciosos, violentos y egoístas, explotar a cualquier costo; los profetas del Apocalipsis predicar la nada, los demagogos desajustar la innata sensatez política de nuestro pueblo; los geómetras de las revoluciones, desquiciar la historia y los infantilismos de todo signo complicar lo elemental.
Porque en la Biblia están escritos los anales del cielo, de la tierra y del género humano; en ella, como en la divinidad misma, se contiene lo que fue, lo que es y lo que será; en su primera página se cuenta el principio de los tiempos y el de las cosas, y en su última página el fin de las cosas y de los tiempos. Comienza con el Génesis, que es un idilio, y acaba con el Apocalipsis de San Juan, que es un himno fúnebre.
Al año siguiente se presentó Isla otra vez en la escena; venía con una alta comedia llena de amarga ironía, con personajes misteriosos, que hablaban con una concisión sibilítica que ponía los pelos de punta. Cada galán podía llamarse Apocalipsis.
Blande tu invicta blasfemia que es una garra pulida, y sórbeme por la herida sediciosa del pecado, como un pulpo delicado, “¡muerte a muerte y vida a vida!” Clávame en tus fulgurantes y fieros ojos de elipsis, y bruña el
Apocalipsis sus músicas fulgurantes...
Julio Herrera y Reissig
Por esto su nombre griego, alétheia — significó originariamente lo mismo que después la palabra apocalipsis —, es decir, descubrimiento, revelación, propiamente desvelación, quitar de un velo o cubridor.
Un necio habría ido a la mañana siguiente a divertirse con Julio II a casa de Rafael o a la deliciosa Villa Madame, pero Belvídero acudió a verle oficiar pontificalmente para convencerse de todas sus dudas. En un momento libertino, la Rovere hubiera podido desdecirse y comentar el Apocalipsis.