-Venga usté con la Santísima Virgen, señá Rosalía. -¿Y tu madre? -Ha dío por el pavo trufao pa el almuerzo y ya tardará mu poco. Siéntese usté una miaja.
Pero el nene seguía en invierno tan madrugador como en verano, y Subercasaux se levantaba achuchado a encender el primus y preparar el café. Luego el
almuerzo, el restregar ollas.
Horacio Quiroga
Le destapaban el refresco que siempre llevaba para el
almuerzo; le colocaban en su torta un ratoncillo destripado; le colgaban letreros despiadados en la espalda sin que se diera cuenta...
Antonio Domínguez Hidalgo
¡Pues no la oigo a usted! ¡Se acabó la conferencia! ¡Rosa, el
almuerzo! Señorita: en el comedor le aguardo... Hágame el obsequio de no tardar mucho.
Pedro Antonio de Alarcón
En este momento acabo de llegar al Palacio de la Legación del Perú, donde he sido agasajado con un almuerzo, por invitación del Ministro Plenipotenciario doctor Mariano Cornejo.
Roberto Robert, que saltó desde el almuerzo de un do- mingo á la comida de un jueves, sin tropezar siquiera con un garbanzo, no dio brinco mayor que el de las bocacalles de mi paisano.
25.- De las jornadas legales de trabajo.-Las jornadas de trabajo para las entidades, instituciones, organismos y personas jurídicas señaladas en el artículo 3 de esta Ley podrán tener las siguientes modalidades: a) Jornada Ordinaria: Es aquella que se cumple por ocho horas diarias efectivas y continuas, de lunes a viernes y durante los cinco días de cada semana, con cuarenta horas semanales, con períodos de descanso desde treinta minutos hasta dos horas diarias para el almuerzo...
Qué almuerzo más lujoso! Criados de correctos frac nos han servido. Cornejo brindó por la alegría de tener aquí al poeta Vallejo.
El patrón se les reunió y mientras hacían el frugal almuerzo a la sombra de un paraguatán Árbol de la familia de las rubiáceas, cuya madera tiene gran precio.
No obedecerme fuera más fineza, que el discreto no da, sin ser forzado, nuevas que sabe que han de dar tristeza. (Sale el PAJE 2° ) PAJE 2°. A vuestra Alteza aguarda aderezado el almuerzo, señor. PRINCIPE .
Sin embargo, di a entender a dos o tres celadores del orden (que por cierto me contemplaron con sorpresa sin dar del todo crédito a mis palabras) que recompensaría generosamente su celo si encontraban la pista de los dos individuos cuyas señas personales procuré darles con la mayor exactitud posible. Después de corretear así hasta la hora del almuerzo, regresé a mi casa rendido de cansancio.
Hubo paseo por el jardín, y
almuerzo con un vino de espuma debajo de la parra, y el padre estaba muy conversador, cogiéndole a cada momento la mano a su mamá, y la madre estaba como más alta, y hablaba poco, y era como música todo lo que hablaba.
José Martí