Ser obcecado, necio o testarudo, cuando sabes que estás equivocado, es vergonzoso. Te mostrarás agradecido con aquél que te saque del error.
Poco agradecido serás a la fortuna (cosa que está muy lejos de tus prudentísimos sentidos) si viviéndote César dieres permisión a las lágrimas.
Advierte, ¡oh, Cicerón!, tu yerro: que dejas de ser traidor a tu patria en Antonio por serlo en Octavio; y que se conocerá que tu ambición y desorden excede a la de entrambos, pues quieres se conozca puedes quitar el Imperio y darle, porque reconociéndole de ti el emperador, te sea, si no agradecido, sujeto; si no vasallo, hechura; y puede ser padezcas las quejas del depuesto, y que no cobres el reconocimiento del colocado.
Vosotros, pueblos, estudiad reverencia y sufrimiento para el buen monarca y para el malo; que yo en tanto, si viere que vuestras mejoras son cosecha desta primera parte, agradecido trabajaré en la segunda, para que en el fin de Marco Bruto se reconozca el fin de los sediciosos y noveleros.
- Lleva al señor Mateos a la dirección que te indique - ordena al chofer. - Muy
agradecido, señor director...- y se dan la mano. - Me saluda a su estimado tío.
Antonio Domínguez Hidalgo
Llevo algunas noches de no dormir, pensando en nuestros altercados, en las cosas duras que me obliga usted a decirle, en las irritantes bromas que me contesta, y en lo imposible que es el que usted y yo vivamos en paz a pesar de lo muy
agradecido que estoy...
Pedro Antonio de Alarcón
-Vamos, el que ha esperao lo más, espera lo menos -añadió la señora Pepa, a la vez que, soltando la escoba contra la pared, arreglaba la almohada y el embozo del lecho al paciente, que tornó a sonreír agradecido al sentir que la mano de la pobre mujer pasaba acariciadora por su frente, apartando de ella los encrespados mechones.
En este punto, señores académicos, en que me refiero, siquiera tan de pasada, al octavo sillón Q, mi quinto antecesor, mi retatarabuelo en esta Casa, permitidme una alusión familiar, traída de la mano de los apellidos, a mi pariente Modesto Fernández y González, autor de La hacienda de nuestros abuelos y de un ameno Viaje a Portugal, que no fue académico de la Española, ciertamente, aunque sí de la de Jurisprudencia y Legislación, pero que pesa en mi agradecido ánimo por haber firmado múltiples artículos en los periódicos y revistas de fin de siglo con el seudónimo Camilo de Cela.
Sólo puedo decir que todos y cada uno de ustedes, venimos de muchas religiones, oramos quizás a diferentes dioses - pero en realidad el mismo Dios en un sentido - pero quiero decir que para todos y cada uno de ustedes, no sólo vamos a recordar siempre que, no sólo vamos a estar siempre agradecido a usted, pero siempre estarás en nuestros corazones, y os pondremos en nuestras oraciones.
—i Mal agradecido 1— le contestó ella, que era de las hem- bras que tienen menos vergüenza que una gata de techo:— ¿no sería peor que te hubiera engañado con un extraño?
No sé, ni saber quiero, si la ovación merezco; la sufro agradecido con muda sumisión; y aunque me halaga el triunfo, ne de él me ensoberbezco, ni gratitud en frases estériles ofrezco: mi fe no está en mi lengua, está en mi corazón.
Es preciso que se mire al amor como a la filosofía y a la virtud y que sus leyes tiendan al mismo fin que la de éstas, si se quiere que sea honorable favorecer al que nos ama; porque si el amante y el amado se aman mutuamente en estas condiciones, a saber, que el primero, agradecido a los favores del que ama...