Habitado desde 1960, en sus primeros años carecía de servicios y tenía asentamientos de chabolas, hasta que en los años 1980 se inició una fase de remodelación para adecentar la zona, cubrir el déficit de comunicaciones y eliminar cualquier foco de marginalidad.
Se cuenta que el día en el que iba a realizar su ingreso en ella, el director de la prisión, en deferencia hacia él, la hizo adecentar previamente como si fuera a ser visitada por alguno de los altos cargos del nuevo régimen.
Aun así, a finales del siglo XVI y posteriormente al traslado de la Orden de Calatrava al convento de Alcántara, se siguieron haciendo obras hasta el primer cuarto del siglo XVII ya que en 1622 se construyó el que llamaban «cuarto nuevo» que no era otra cosa que adecentar unas partes de la fortificaión para usos domésticos.
Solamente hacía diez días que las tropas franquistas habían ocupado Gijón y se había dejado de utilizar el destrozado templo como cárcel, así que poco se pudo arreglar y adecentar en ese tiempo.
Desde 2009 y hasta el 2011, el edificio se encuentra inmerso en las obras de restauración destinadas a adecentar el teatro para su nuevo uso.
Se montan el día de regueras, cuando también se aprovecha para limpiar un poco la zona, adecentar el propio Centro, y tomarse unos choricillos después como recompensa al duro esfuerzo realizado.
Como la devoción hacia la Virgen del Pópulo iba en aumento, en el año 1593 el Ayuntamiento decidió adecentar algo aquel sitio, cerrando un caño por donde se daba salida a las aguas fecales de la Villa, lo que ocasionaba las consiguientes molestias en aquel lugar.
Los motivos artísticos y urbanísticos fueron poderosos entre las autoridades de la ciudad, debido al interés por adecentar en lo posible la ciudad.
Durante su gestión se destacan varios aspectos: Un esfuerzo sostenido por modernizar, institucionalizar y adecentar el Ministerio, así como una decidida lucha contra la corrupción, los crímenes políticos, la preservación del Estado de derecho contra los abusos de poder.
El paseo Cristina de Algeciras fue construido en 1834 en los terrenos que cediera Joaquín Bálsamo, un rico terrateniente a la ciudad a petición del General Canterac con el fin de adecentar y embellecer los terrenos colindantes al cuartel del Fuerte de Santiago.
Finalmente a comienzos del siglo XXI el Ayuntamiento madrileño mandó adecentar el lugar recuperando piedras, capiteles, fustes, cornisas, etc.
El objetivo del proyecto, según consta en el mismo, era adecentar la parte final de la citada avenida mediante la construcción de un parque-rosaleda.