órdago

órdago

(Del vasco or dago, ahí está.)
1. s. m. JUEGOS Envite del resto en el juego de cartas del mus con el que se decide la partida si se acepta.
2. de órdago loc. adj. coloquial Excelente, muy fuerte, muy bueno he pillado un catarro de órdago; lleva un cabreo de órdago.
Gran Diccionario de la Lengua Española © 2022 Larousse Editorial, S.L.

órdago

 
m. Envite del resto en el juego del mus.
De órdago. loc. fam.Excelente, de clase superior.
Diccionario Enciclopédico Vox 1. © 2009 Larousse Editorial, S.L.
Traducciones

órdago

de órdago ADJ (gen) → fantastic (pey) → awful, tremendous
tienen un yate de órdagothey've got a fantastic yacht
se cogieron una borrachera de órdagothey got well and truly drunk
Collins Spanish Dictionary - Complete and Unabridged 8th Edition 2005 © William Collins Sons & Co. Ltd. 1971, 1988 © HarperCollins Publishers 1992, 1993, 1996, 1997, 2000, 2003, 2005
References in classic literature
Su trabajo en asuntos laborales llevó al Congreso a aprobar un importante paquete de medidas anticorrupción en 1957 y le valió un órdago por parte de la AFL-CIO que hizo campaña para tratar de impedir su reelección al año siguiente.
En marzo de 1972 Faulkner se negó a seguir presidiendo el gobierno sin las competencias en Orden Público, que el gobierno británico había vuelto a asumir tras quedar claro que el gobierno norirlandés era incapaz de manejar una situación que empeoraba día a día. Ante el órdago de Faulkner, el gobierno británico decidió suspender la autonomía de Irlanda del Norte y abolir su parlamento.
Pero su gobierno sólo duró tres meses a causa de la grave crisis a la que tuvo que hacer frente provocada por el órdago que lanzaron las recién creadas Juntas de Defensa.
Grandes cambios El plan Wu Chang y el torpe concubinato Decoración El trólex O te ríes o te rompo la cara El guiri gay Órdago Días de radio y psicoanálisis El marqués de los muebles y el zar de la droga Bautizo a la eibarresa Bailando con lobas Mi gran boda Éramos pocos y parió la tía abuela Reformas, tabaco y cintas de vídeo Sorteo benéfico Ardiendo, borrachos o envenenados Todo lo que Txomin quiso saber...
Franco por su parte aceptó el órdago, como en otras ocasiones, con la finalidad de que el enemigo agotase sus mejores recursos en la lucha, y eso fue efectivamente lo que sucedió.
Llamaron a don Pedro, tuvieron con él una mano de conversación, se desvanecieron ciertas desconfianzas que de él abrigaban, y le intimaron que precipitase su marcha al lugar de su destino; pues motivos tenían sus señorías para barruntar que en la villa imperial iba a armarse un motín de órdago y noche turbia.
Y yo no sé, pero he pasao un ratito de los de órdago, y aquí me tienes más loco que una yegua loca y sin saber a qué carta quearme.
-Pues ya lo creo, pa ti, y éste es de los de órdago, treinta duros como treinta soles me acaba de costar en cá de la señá Pepa la vendeora de Capuchinos.
Y Pepa siguió calle arriba con paso rítmico y acompasado, seguida de la señora Dolores, mientras el Niño, plantado como una estatua en el centro de la calle, seguíala con mirada llena de febril apasionamiento, y murmuraba con voz sorda, en que vibraban la admiración y el deseo: «Vaya un postín de mujer, y vaya unos andares, y vaya un mo de pisar, y vaya unos clisos que son dos ventanales, y vaya una boca que parece jechita con un punzón, y vaya un pechito de órdago y vaya una caera de chipé, y vaya un talle que es un torzal, y...
Como el fin santifica los medios, cuando estos medios no son alguna picardía de órdago, tanto el párroco como sus sobrinos hacían la vista gorda a las infracciones litúrgicas que en la iglesita se cometían.
-(Yo voy a cantar claro aunque el alcalde me eche a presidio y se lleve la trampa el curato) -dijo para sí el señor cura, faltándole ya la paciencia para aguantar la peluca que, sin ser calvo, estaba recibiendo del señor obispo; pero al mismo tiempo pensó que su madre, ya viejecita, y dos sobrinitos huérfanos que había recogido no tenían más amparo que él, y que al fin y al cabo unos y otros iban pasando con el pie de altar y las misas libres; y en vez de armar un escándalo de órdago contando al señor obispo lo que pasaba en el pueblo, se tragó la saliva, y echándose a los pies del venerable prelado, le pidió perdón de las faltas que hubiera cometido, y le prometió la enmienda en cuanto estuviese a sus alcances.
En Cataluña durante el llamado Trienio Bolchevique (1918-20) se produce el órdago terrorista y huelguista del sindicalismo revolucionario.
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