Sería el tesoro que guardase: su amor muerto, su desengaño, paloma de blancas alas, rotas y sangrientas... Ya se detenía en la plazuela de los Viveros el
ómnibus: la novia, ricamente vestida de raso negro, bajaba del interior.
Emilia Pardo Bazán
Paredes ---- (De La Abeja Montañesa.) 16 de enero de 1859. ---- Notas 1 : «enfrente». (Corrección del autor.) 2 : «ómnibus». (Corrección del autor.)
Esto puede resultar agradable, pero a lo mejor es espantoso. Nadie ha escapado todavía a este
ómnibus. Cierto que se cuenta de un individuo que no pudo subir: el zapatero de Jerusalén; hubo de echar a correr detrás.
Hans Christian Andersen
Durante todo el camino de Putney (Agnes iba en el ómnibus y yo en la imperial) traté de imaginarme a Dora bajo uno de sus aspectos encantadores que yo conocía tan bien, y tan pronto pensaba que me gustaría encontrarla exactamente como en tal momento, como pensaba que quizá sería mejor como en tal otro.
Al fin que estoy sola en casa y hasta mañana regresarán del pueblo mis padres. Haré una acción buena. Y pensando esto, la joven abordó un
ómnibus. La mañana era fría.
Antonio Domínguez Hidalgo
Me procuré, y envié la víspera por la noche, por medio del ómnibus de Norwood, una cestita de provisiones que casi equivalía, a mi parecer, a una declaración.
Yo me encontré al pobre Antonio Casero en la Puerta del Sol, disponiéndose a subir a un ómnibus que le llevara a los toros, a una novillada cualquiera.
l día era espléndido, primaveral, y la gente apiñada en el
ómnibus, camino de los Viveros, iba del mejor humor posible, con el hambre canina que se despierta después de una mañana ajetreada, de emociones y aire libre.
Emilia Pardo Bazán
-Por eso siempre te recomendé que viajaras. Viajando se instruye uno. Pero no vayas a viajar en
ómnibus, ni en tranvía. Tomá un vapor grande, grandote, y andate...
Roberto Arlt
La Muerte es conductora de
ómnibus, expedidora de pasaportes, estampa su nombre al pie de nuestro boletín de conducta y es directora de la gran caja de ahorros de la vida.
Hans Christian Andersen
Si leo un buen libro, una obra histórica, pongamos por caso, siempre me imagino al protagonista en el momento de subir al
ómnibus de la muerte, y me pregunto cuáles de sus acciones sacaría la Descarnada de la caja de ahorros, qué viático le dieron para su viaje al país de la Eternidad.
Hans Christian Andersen
Aquellos inocentes dientes infantiles volarían como dos moscas de fuego delante de él, brillando, quemando, torturándolo. Sí, es un viaje muy serio el que se efectúa en el
ómnibus el día de la gran mudanza.
Hans Christian Andersen