Bajó irresistible del monte cercano Furiosa torrente, y el manso arroyuelo Creció, y el follage del álamo vano Postró por el suelo.
X De espumas sufre el Betis argentado remos que lo conduzgan, ofreciendo el oro al tierno Alcides, que guardado del vigilante fue dragón horrendo; delicias solicita su cuidado a las nudosas redes, exponiendo lo que incógnito más sus aguas mora, que extraña el cónsul, que la gula ignora XI Napea en tanto a descubrir comienza bien peinado cabello, mal enjuto, siendo al Betis un rayo de su trenza lo que es al Tajo su mayor tributo; salió al fin, y hurtando con vergüenza sus bellos miembros a silvano astuto (que infamar lo vio un álamo prolijo) esto en sonantes nácares predijo...
- Sí, músico - asintió el lebrato - te obedeceré como un discípulo a su maestro. Caminaron, pues, juntos un rato, hasta llegar a un claro del bosque en el que crecía un
álamo blanco.
Hermanos Grimm
Pensaba: "Si ella ahora me viera, ¿qué diría?" Dulcemente, como una sombra en un muro blanqueado de luna, pasó toda ella, y en cierto anochecimiento lejano vi el semblante de imploración de la niña inmóvil junto al
álamo negro.
Roberto Arlt
Mario, otro corredor, un gandul de dieciséis años, alto como un
álamo, todo piernas y brazos, se burlaba de mis estériles diligencias.
Roberto Arlt
El álamo verde que el aura enamora, El sauce que llora, El verde palmar, El mango sombroso, la ceiba sonante, Cual fúlgido rayo de níveo brillante La ven en sus hojas inquieta temblar.
Y cuando tiña el horizonte oscuro, Del porvenir la llamarada inmensa Y se desplome el carcomido muro, Que tiembla como el
álamo inseguro Ante las nubes que el dolor condensa, Entonces los proscriptos, los hermanos, Irán ante tu fosa, reverentes, A orar a Dios, con suplicantes manos, Para saber domar a los tiranos, O morir como mueren los valientes.
Olegario Víctor Andrade
Y me brindó el racimo transparente entre los verdes pámpanos, o el frío licor que mana en la escondida fuente. Sentado al pie del álamo sombrío cerré el poema místico de Dante y abismé la mirada en el vacío.
¿Qué te valdrá, Catalina, La hermosura peregrina De ese rostro angelical, Cuando falsos amadores Se rían de tus amores Y se rían de tu mal? Cuando el álamo pomposo Levantó tan orgulloso Su cabeza, Todas las aves del valle Bajaron á celebralle Su grandeza.
que ella fue mi orgullo, Y yo la amé porque era más hermosa Que de temprana rosa El naciente capullo… Con pompa sus ramas al cielo elevaba El álamo en medio del bosque frondoso, Y arroyo entre guijos al pie deslizaba Su curso penoso.
¡Deprisa! Da veinte carreritas alrededor del
álamo - mandó el hombre al animalito, el cual obedeció. Pero cuando hubo terminado sus veinte vueltas, el bramante se había enroscado otras tantas en torno al tronco, quedando el lebrato prisionero; por más tirones y sacudidas que dio, sólo lograba lastimarse el cuello con el cordel.
Hermanos Grimm
Estaba situada en un paraje bastante solitario, pero agradable, al pie de una boscosa colina; un arroyuelo corría cerca de ella y en uno de sus extremos crecía un gran álamo.